Cemppsa es la sociedad que Impsa integró en 1998 con Cartellone para construir y administrar por 30 años el dique Potrerillos, y en la cual posee una participación accionaria del 30%.
Quince años después de inaugurada la represa que costó 312 millones de dólares, para oxigenar financieramente a la empresa y de paso asociarse a la generación eléctrica del complejo, el Gobierno apuesta a quedarse con la cuota que aún posee Impsa en base a una oferta que ronda los U$S 25 millones, un 60% de lo que invirtió el holding de Pescarmona en su momento.
Claro que al redondear la cotización, la Provincia, actualmente poder concedente y socio en la construcción de la obra (aportó unos U$S 170 millones), debe definir con el potencial vendedor el nivel de recupero de la inversión a través de la generación de energía de la presa.
Según estiman en el seno de Cemppsa, existe un atraso tarifario que mantiene la amortización apenas encima del 40%. Con ese escenario bajo el brazo, el propio gobernador, Francisco Pérez, acompañado por el ministro Legal y Técnico, Francisco García Ibáñez, viajó a Buenos Aires en busca de fondos de la Nación.
El dato cobra relevancia ante el hecho de que Impsa quedó nuevamente relegada de otra licitación para un proyecto hidroeléctrico, esta vez Chihuidos, que era la primera opción del “salvataje” prometido a nivel nacional para salir de la crisis que atraviesa.
La propuesta de casi $ 11.000 millones le había asegurado el primer lugar frente al tope de $ 12.000, pero el orden de mérito dispuesto por el Ministerio de Planificación Federal priorizó a la UTE Helport (grupo Eurnekián), con Panedile S.A.I.C.F- Isolux Ingeniería S.A.- Eleprint S.A.- Chediack S.A.I.C. e Hidroeléctrica Ameghino S.A., cuya oferta de más de $ 14.900 millones la había relegado al cuarto lugar.
“Éramos la propuesta más conveniente por lejos, y ahora los que quedaron cuartos son los primeros siendo los más caros. Estamos evaluando lo que viene y, entre las opciones consideradas, sigue estando la venta de Cemppsa y la participación en Los Blancos, aunque esto último sería mejor para no desprendernos de un activo tan importante como es Potrerillos”, señaló una fuente de la firma en estricto off the record.
Es que a Impsa, conservar la operación del dique le reporta ingresos nada despreciables en este momento. Por año, son unos $ 122 millones para la sociedad y un flujo de $ 3 millones al mes para la firma de Pescarmona.
Pero la chance de convertirse en proveedor de Los Blancos, de la mano de Cartellone y su socio brasileño OAS, adjudicatario del proyecto y hasta ahora su socio en Cemppsa, sigue “verde”. El proyecto no se aseguró todavía los recursos para ser ejecutado (debe “llenar” un fideicomiso superior a los U$S 1.200 millones), señales demasiado débiles frente a las urgencias de Impsa.
Un mes de gestiones
El primer paso para ingresar a Cemppsa, a través de Emesa (Empresa mendocina de Energía S.A) se dio el 11 de noviembre ante la Secretaría de Energía.
Desde entonces, en el Ejecutivo aseguran haber avanzado en dos escenarios posibles para cotizar la parte de Impsa: la inversión más el % de recupero actual y proyectado para lo que queda de concesión del dique (15 años), o simplemente la compra de las acciones más una participación en futuros negocios por venta de energía.
En función del escenario elegido resta precisar la fuente de financiamiento, que provendría de Cammesa (mercado mayorista energético) y el Tesoro nacional, principal motivo del viaje de Pérez y García Ibáñez ayer a la Capital.
Según el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, la cifra en cuestión “está cerrándose”, pero depende del esquema elegido. Asimismo, relativizó el hecho de que la Nación haya relegado a Impsa en Chihuidos. “Los Blancos está mucho más avanzado que Chihuidos pero en este caso no es una decisión lineal en función de la oferta; está vinculada a financiamiento y tasas”.
Entre tanto, en el seno de Cemppsa prima la reserva en torno al probable cambio de composición accionaria de la sociedad. “En los próximos días se empezará a analizar la situación y a visualizar la futura sociedad, si se concreta en función de lo que ha trascendido hasta ahora.
Esto es como una familia en la que uno de los dos hermanos tiene un asunto con el padre que al otro no le compete pero le interesa”, se limitó a admitir el número 1 de la sociedad, Antonio Torre.