El lago del dique Potrerillos, con su espléndido paisaje, gana cada vez más adeptos que practican deportes acuáticos. Esto se debe fundamentalmente a que el lugar presenta muy buenos vientos -explicaron- presentes todo el año, a lo que se suma la belleza natural.
Ayer por la tarde con el sol el agua se veía celeste intenso, las montañas la custodiaban alrededor y miraban en ella su propio reflejo.
"El lugar es mágico de arranque y el kitesurf es el plus, es navegar y volar, es adrenalina", describía Leo (42) quien recién pisaba la orilla y charlaba con amigos.
David (40) realiza la misma práctica: se trata de diferentes tipos de tablas propulsadas por una gran cometa. Contó que va unas tres veces por semana y que en total son unos 200 los que realizan la práctica. Sólo ayer había 40 en el lugar.
Lo usual es que se armen grupos de amigos para la práctica. En ese marco, hay toda una experiencia ya que se trata de compartir además asados o fogones que suelen organizar después.
Jorge (41) navega en kayak y ayer había ido con su familia, porque incluso sus hijos disfrutan de estos paseos. Contó que desde que se reunió con un grupo de amigos suele ir todos los sábados. "Te dan ganas de venir", subrayó.
Interés
Oski Nievas, envuelto en su traje de neoprene a pleno sol, contó que cada vez son más los interesados en practicar deportes en el lugar. Es instructor de kitesurf pero enumeró que allí también se realiza windsurf y natación, que sólo está autorizada cuando se trata del entrenamiento de alguna escuela, con personas capacitadas para salvar una situación de riesgo.
Contó que recibe cada vez más interesados en capacitarse y que incluso lo contactan turistas, sobre todo de Buenos Aires y Brasil. Explicó, además, que el kitesurf puede practicarlo cualquiera si cumple antes con una capacitación mínima de ocho horas.
Si bien los equipos no son tan económicos porque su precio es en dólares (desde 3.000 dólares) sostuvo: "El viento y el agua son gratis y puede hacerse todo el año".
El kayak es más accesible. Jorge estimó que para empezar puede conseguirse uno por $15.000 o $20.000, a lo que hay que sumar como equipamiento básico el remo y el chaleco salvavidas.
Falta de servicios
La falta de servicios y de accesos adecuados para llegar al agua son reclamos frecuentes.
"Los accesos son peligrosos, todos huellas. No se ha pensado y deberían porque es un riesgo", destacó Gustavo (47) quien había ido con su familia. "Venimos para que los chicos jueguen con el kayak", apuntó. Como otros, también hizo referencia a la falta de servicios, lo cual es una limitación para quedarse más tiempo. Contó que lo tienen como un destino frecuente para este verano, ya que habían salido de vacaciones a mitad de año y no lo harán nuevamente. Luego destacó: "Es cerca y económico. Viene cada vez más gente pero en el agua no se siente un solo ruido".
También aumenta la demanda de alojamiento
En zonas cercanas al embalse hay alta demanda de alojamiento: desde cabañas hasta una oferta de lujo, asociada al enoturismo y a la gastronomía.
Ignacio Di Cesare, de Cabañas Atahualpa, contó que es "impresionante" cómo ha crecido el interés de los mendocinos y que tienen una conducta diferente a la del turista. "El mendocino se queda por una o dos noches, viene a descansar y se queda en la cabaña. El que es de otro lugar suele venir por tres o cuatro noches, quizás luego se traslada a San Rafael o al Valle de Uco y busca recomendaciones para salir", dijo.
Los lodges de montaña suelen ser más lujosos y hay propuestas que ofrecen también un spa en un entorno con pintorescas vistas. En la zona, ya sea en el lago o en la parte del río Mendoza que corre, pueden realizarse diferentes actividades. Rafting, kayak de lago, kanopy, pesca con mosca, cabalgata, trekking y hasta puede sumarse la visita a una de las bodegas que hay en el camino.
