El postergado sueño de volver a viajar en tren

La reactivación del servicio ferroviario de pasajeros entre Mendoza y Retiro se anunció muchas veces y durante años. Nada se logró.

El postergado sueño de volver a viajar en tren

Recientemente se cumplieron 20 años de la suspensión de los servicios de trenes de pasajeros entre nuestra provincia y Buenos Aires.

Muchos mendocinos no podrán volver a tener el privilegio de hacer la travesía en ferrocarril a la capital del país y viceversa.

La administración que gobierna la Nación desde hace una década, ha reiterado retornos del tren,  sin hechos concretos.

Las malas noticias para la línea San Juan-Mendoza-Buenos Aires y en sentido inverso, arrancaron en 1989 con la Reforma del Estado propuesta por Carlos Saúl Menem.  Por entonces se hablaba de que los Ferrocarriles Argentinos significaban una “pérdida” de un millón de dólares por día para la Nación.

En el caso de los trenes de pasajeros, el decreto 1168/92 ordenaba una abrupta disminución del servicio.  En marzo de 1993, las crónicas registraban la partida del último tren hacia el gran puerto.

Fue una fecha triste. Nombres como los servicios El Cóndor, El Aconcagua y El Libertador, son un recuerdo para viajeros adultos, pero no significan nada para las nuevas generaciones, no los conocieron. Desde entonces, la Estación Mendoza Pasajeros fue ocupada.

El Gobierno nacional entregaba al municipio de Mendoza, la estación Mendoza Cargas, donde se construyó el Parque Central de Mendoza.

El mismo día que asumía Néstor Kirchner la presidencia de la Nación, el 25 de mayo de 2003, se incendia la estación Mendoza Pasajeros, y otro patrimonio ferroviario resultaba dañado.

En esa época, el subsecretario de Transporte Ferroviario, Julio Montaña, sorprendía  al revelar que era prioritario reactivar el ramal a Mendoza. Y se arriesgaba a decir: “Estamos pensando impulsar esta obra el año próximo con el nuevo presupuesto...”. Meses más tarde agregaría esta perla: “En 2005 volvería a Mendoza el tren de pasajeros, con la previa reparación de las vías debido a su penoso estado”.

El febrero de 2004, Néstor Kirchner presentaba el Plan Nacional de Inversiones Ferroviarias (Planifer), que proyectaba desembolsos por más de $ 300 millones. “Es una decisión irrevocable -decía- que la Argentina vuelva a tener un sistema de ferrocarriles al servicio de todos los argentinos”. Dentro de ese programa figuraba la reactivación del servicio de pasajeros Retiro-Mendoza.

Paralelamente, el subsecretario Montaña volvía a plantear la recuperación del sistema ferroviario de pasajeros, prometiéndolo para 2006. Sostenía que el Gobierno aguardaba un crédito de $ 30 millones de dólares para reactivar los principales ramales del país, el F.C.

San Martín entre ellos.

Para esa época, la nueva fecha del tren a Buenos se extendió a 2007. Al citado Montaña, le sucedió en Transporte Ferroviario de la Nación, Juan Rocatagliatta, quien para no ser menos que su antecesor, le puso nuevo plazo al tren de pasajeros: 2008. Se habló de un tren de alta prestación, que haría Retiro-Mendoza en 11 horas.

A mediados de 2008 quedaba salvado el mayor impedimento para la concreción de esta promesa (5 km de vías inundadas), con la inauguración del pedraplén de la laguna La Picasa (Santa Fe), quedando nuevamente conectado por una vía ferroviaria directa la Capital Federal con Cuyo. Y al finalizar 2008 pasó el primer tren de pasajeros a Mendoza, viaje organizado por la Revista Rieles Latinoamericanos, interrumpiendo un período de 15 años sin ese servicio.

Para diciembre de 2009 se desplazó el Tren Nacional por la Paz y la No Violencia. Y el 3 de marzo de 2010 corrió la hasta ahora última formación,  el “Tren de la Vendimia”.  En julio de 2010, Juan Pablo Schiavi, secretario de Transportes, ponían nueva fecha para algo que no llegaría: “En octubre (de 2010) se habilitará un servicio de una vez por semana que partirá de Retiro y llegará a Mendoza y San Juan”. El tiempo pasó y y los andenes siguieron vacíos.

En setiembre de 2011, Schiavi, que se iría del cargo después de la tragedia de Once, daba a conocer la compra de material rodante chino de última generación para correr el tren Buenos Aires-Mendoza, advirtiendo que el gran desafío sería la reconstrucción de las vías.

A partir del trágico choque de Once, la Secretaría de Transporte pasó al Ministerio del Interior, a cargo de Florencio Randazzo. El nuevo material chino de larga distancia que comenzó a llegar  a mediados de mayo, y que se decía era para Mendoza, tuvo otro destino: Rosario y Mar del Plata. El tren a Mendoza quedó nuevamente relegado de las prioridades del Gobierno Nacional.

Así la década kirchnerista, en la realidad mendocina, arrancó con el incendio de la estación Mendoza del San Martín, se mantuvo con promesas que no se hicieron realidad, y termina con dichos del ministro Randazzo: Mendoza no es prioridad para el Gobierno central en materia ferroviaria. Otra década ferroviaria en la que seguimos en el andén... esperando.

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