En mis 20 años como poblador y comerciante de alta montaña, escribo nuevamente sobre las problemáticas que ocurren en la ruta nacional 7, la más importante que une a nuestro país con Chile.
En esta oportunidad, y debido a que en poco tiempo más comienza el invierno y con ello las situaciones de cortes por las nevadas (fuera de los aludes que nos tuvieron a mal traer este verano).
Pero en los dos casos las rápidas y efectivas soluciones que se llevaron adelante durante el período de aludes con importantes cortes de rutas, destrucción de puentes, falta de comunicaciones, y el despeje de toneladas de nieve y el tratamiento anti hielo que se realiza, tienen como protagonistas a un equipo de personas e instituciones que sin ellas aún estaríamos esperando respuestas.
Vialidad Nacional, Gendarmería, Policía, Defensa Civil, Salud, Ejército Argentino son alguna de ellas, y desde ya la población permanente. Y me detengo en la primera, Vialidad Nacional, la cual tiene un rol y responsabilidad operativa sumamente importante para la seguridad y transitabilidad de camiones con cuantiosas mercaderías, ómnibus y vehículos particulares con seres humanos que de esta seguridad dependen.
Sin embargo, cuando me refiero a equipos me estoy refiriendo desde los operarios hasta sus supervisores, jefes y directores. En el último caso, el actual administrador ingeniero Miguel Manuel Rivas estaría dejando su función para desarrollar otra que, si bien estimo será de significativa importancia, dejará un estratégico lugar vacío de difícil reemplazo.
Basta solo ver desde 2000 a la fecha las mejoras que hubo por parte de Vialidad Nacional en construcción de campamentos, adquisición de maquinaria apropiada y capacitación de los recursos humanos. Pero toda esta orquesta tiene quien lleve la batuta y es en este caso que si lo antedicho sucede, la orquesta se quedará sin un valioso administrador que da el afinado tono necesario para que esta obra suene bien.
He sido un duro crítico de la inoperancia manifiesta que años atrás ocurría debido, en gran parte, a la falta de una eficiente conducción. Eso fue resuelto, a mi entender, con la activa presencia del actual administrador, sin ningún ánimo de alabanza personal al mismo sino dándole el justo reconocimiento a su labor.
Sería realmente preocupante su reemplazo, y que este vital cargo sea ocupado por algún profesional que entienda que desde un escritorio se pueden resolver los diversos problemas que tiene el Corredor Andino. Ya ha pasado muchas veces, se está a tiempo de rever esta situación. Mi anuncio no pretende ser la crónica de una muerte anunciada, simplemente el aporte de quien vive en la montaña desde joven y participa activamente en ella.
Mario E. González - DNI 13.144.100
