Tratar de imaginar cómo serán los escenarios económicos posteriores a la pandemia del coronavirus es un ejercicio pleno de imprecisiones. En principio, nadie puede asegurar cuándo tendrá fin ni por qué método. Puede ser porque aparezca una vacuna, para lo que los plazos o so cortos o porque se produzca una ampliación de las contaminaciones a tal nivel que la mayoría termine inmunizado.
Pero nadie puede, hasta ahora, explicar la forma en que pueda estar controlado hasta que se comporte como una gripe común. Las características que adquirió este virus, con altas tasas de mortalidad en adultos mayores, le puso mucho más dramatismo y exacerbó las medidas de cuarentena y aislamiento, como la mejor forma de prevenir. Pero por ser un virus nuevo, todos los días los científicos aprenden, desaprenden y vuelven a aprender.
Efecto pobreza
Todas los países del mundo van a experimentar un “efecto pobreza” en los próximos 24 meses, como mínimo. Las pérdidas acumuladas en los últimos 90 días, más las que vendrán, no serán fáciles de recuperar. Los intercambios internacionales caerán este año un 30%, pero el negocio del turismo, con toda su cadena de valor, acumulará pérdidas ingentes que le costará la vida a muchas empresas de todo tamaño y no será fácil de recomponer.
El aumento del desempleo, pese a los esfuerzos fiscales de los gobiernos se comenzará a ver con mayor gravedad una vez que se levante la cuarentena, ya que muchas empresas no podrán sostener el negocio o, al menos, la misma nómina de personal. La gente sin empleo o con salaros deprimidos, no tendrán capacidad de compra por ver reducido su poder adquisitivo.
Los países se han endeudado y algunos, como Estados Unidos, están generando una fenomenal expansión monetaria para atender la pandemia y auxiliar a personas y empresas. Entre los 3 billones de dólares emitidos por EE.UU. más uno más del FMI para auxiliar a países en problemas, el mundo pronto tomará conciencia del excedente de dólares circulando en el mundo y es casi seguro que antes de fin de año veamos una devaluación del dólar frente al resto de las monedas.
Habitualmente, cuando el dólar se devalúa, los mercados de commodities arbitran sus precios a la suba, pero, en esta ocasión, es posible que no sea proporcional porque la demanda seguirá deprimida y el poder adquisitivo delos salarios muy complicado. Salvo variaciones violentas en la oferta, por súper cosechas o por pérdidas por razones climáticas, el mercado no avalará precios en dólares muy elevados.
La Argentina en el mundo
Siguiendo en el terreno de las hipótesis, vamos a pensar que Argentina, finalmente, alcanza un acuerdo con los acreedores para refinanciar la deuda externa y evita el escenario de default. En ese caso, y a pesar de sobrar mucho dinero en el mundo, será poco posible que el país pueda emitir nueva deuda en el mundo a tasas razonables, en el corto plazo.
Pero el Gobierno necesitará financiamiento para poder seguir sobrellevando las consecuencias de la pandemia y financiar el déficit fiscal que puede superar los 8 puntos del PBI, para bajar el año 2021 a algo cercano a 3%. El único camino, y el ideal, sería que emita deuda en pesos a tasas domésticas. De esta manera, además, absorbería una parte de la fenomenal emisión monetaria hecha desde principios de año.
No obstante hay que esperar un rebote inflacionario leve este año, pero mucho más grande el año próximo, cuando haya que comenzar a descongelar los precios de servicios públicos y de servicios privados, cuyas empresas correrían el peligro de desaparecer si no se actualizan.
En ritmo de la economía
No parece que la reanudación de la economía presente un escenario de V, es decir, una brusca reacción positiva. En todo caso, habría que ver contra qué dato se compara, ya que la Argentina viene cayendo desde 2018, por lo que los niveles de comparación darán pie a muchas especulaciones políticas.
Lo cierto es que habrá una recuperación parcial y muy lenta y muchas empresas no podrán soportar un ritmo de “media máquina”. Esto puede generar pérdidas de empleos reales y hasta la desaparición de muchas empresas, sobre todo Mipyes y pymes. Entre las restricciones y la pérdida de poder adquisitivo, no todos los podrán superar.
Quizás hacia fin de la emergencia habrá que hacer un relevamiento de los fallecidos por la pandemia sanitaria y la cantidad de muertos, heridos y contusos por la pandemia económica. Lo real que las perspectiva son muy malas. Se calcula una caída del PBI del 8,5%, agravado por la crisis de Brasil, que puede caer un 4,7% por la misma crisis sanitaria.
Las empresas que podrán reacomodarse de alguna manera son las que puedan exportar y encauzarse en el mercado internacional. Esto puede generar empleos genuinos, o mantener los empleos actuales. Dado que será muy difícil conseguir actualizaciones salariales, la pérdida del poder adquisitivo estará atada a la evolución de la inflación, que podría terminar en 45% en 2020.
Más difícil será para el sector turístico, que será la última en retomar su ritmo, al menos a nivel nacional. Dado que no es probable que se reabran las fronteras para viajes internacionales, solo funcionaría con turismo interno, por lo que los valores deberán estar acordes para poder retomar su actividad.
Pero habrá un condicionante y es el miedo por la evolución de la enfermedad, por una parte, y el miedo por el “efecto pobreza” que quedará en muchos argentinos. La prudencia será una conducta esperable por los consumidores, donde las expectativas juegan un rol fundamental.