Posible menor cosecha despierta interrogantes

Todos hablan de que la cosecha será menor a la pronosticada y, consecuentemente, si con los números finales el stock de blancos escurridos será tan alto como se pensaba.

Posible menor cosecha despierta interrogantes
Posible menor cosecha despierta interrogantes

Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com

El gran desafío pasaba por establecer de qué manera se podían "sacar" del mercado los 200 millones de litros de blanco escurrido que generaban el sobrestock y que tenían una influencia decisiva sobre los precios. Pero resulta que ahora, de acuerdo con las versiones que se conocen entre los distintos actores de la industria, el problema ha dejado de ser el blanco escurrido y se ha trasladado a los tintos.

Todo ello porque -siempre de acuerdo con las versiones- algunos habrían utilizado las uvas tintoreras para "teñir" los blancos escurridos, en razón de que los tintos tenían (no se sabe si el término se mantiene) mayor valor.

De resultar cierta la versión, se estaría cometiendo un daño muy importante a la industria en general, que ha basado su crecimiento en una mejora permanente de la calidad, y preocupa el hecho de que algunos -los menos, según se afirma- prioricen el sentido comercial por sobre el presente y el futuro de la actividad.

Habrá que esperar entonces el informe de cosecha definitivo del INV, cuando dé a conocer las existencias, para saber si esas versiones se ajustan o no a la realidad. Es de esperar que sólo se trate de una versión.

El párrafo anterior es muy duro, pero es el tema del que se habló en las distintas mesas de café, cuando todo llevaría a indicar que, a menos de dos semanas de la finalización de la cosecha, la discusión podría pasar por otra variable, como la cantidad de quintales que se pueden llegar a cosechar, por ejemplo.

En este sentido, desde las entidades hay coincidencias en señalar que por distintos factores, especialmente la peronospora, se llegaría a una cosecha menor a la pronosticada en su momento por el INV. "Los tachos no alcanzan a pesar 17 kilos", dijo sobre el particular un productor de la zona Este.

Hay otros aspectos que inquietan a algunos bodegueros, y entre ellos figura la posibilidad de que se decida que la liberación de los vinos se produzca en el mes de agosto.

"No nos pueden cambiar las reglas de juego, porque la propia ley del instituto dice que el vino debe ser liberado cuando se encuentre enológicamente estable, y ello se produce para el 1 de junio", señaló un bodeguero.

Sin embargo, otras voces, con una mirada más de precios, dice que si se demora la liberación, algunas bodegas grandes se verían obligadas a comprar vino. Por de pronto, el titular del INV ya tiene en sus manos una nota de una entidad importante, solicitando que no se postergue la fecha de liberación.

Las entidades
Hubo una importante actividad a nivel de entidades y entre ellas se destaca, sin dudas, la renovación de autoridades en Bodegas de Argentina. Sus socios decidieron en asamblea que la presidencia recaiga en Walter Brescia y la vicepresidencia primera en Carlos Crotta.

Se trata de dos bodegueros mendocinos, con amplia y fructífera trayectoria, que conocen la industria y que le pueden dar una impronta importante a la entidad. Cabría destacar también que la reunión tuvo, como frutilla del postre, una alocución del empresario petrolero Alejandro Bulgheroni.

Walter Brescia, flamante titular de la entidad, destacó que una de sus preocupaciones es la de los volúmenes de la producción "y cómo encauzar la situación hacia algo que sea realmente productivo.

Hay que trabajar ya, y para ello voy a conversar con la comisión de la entidad para estudiar posibles propuestas. Tenemos que tener una mentalidad para cada producto, porque no podemos pensar en uno solo que nos sirva de commodity para todo. Si tenemos que pensar en vinos de granel, produzcámoslo con uvas que sean aptas para la calidad que exigen los mercados y lograr precios que nos permitan competir en el exterior.

Arrancar desde el precio internacional hacia atrás. El problema de lo macro resultará difícil de solucionar en el plano inmediato. Hay que pensar de aquí para adelante".

Con relación a la participación del Estado, Brescia destacó que "tiene que acompañar, porque es una pata fundamental en la mesa. Tiene que acompañar consiguiendo créditos a tasas que permitan ser absorbidos por los productores para que puedan reconvertir sus viñedos y buscar la calidad a que hice alusión.

Pero el gobierno no debe intervenir, su función debe ser la de acompañar, porque la realidad marca que solos no lo podemos hacer. Para alcanzar una vitivinicultura exitosa debemos participar todos, desde los productores hasta los bodegueros, con el acompañamiento del gobierno".

Para Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina, la baja de la cosecha "nos plantea repensar cuál es el volumen de excedentes y, de confirmarse, cómo se proyectan los mercados tanto del vino como del mosto. Porque si la cosecha es tan baja como se dice, una parte importante de los excedentes habrían desaparecido. El desafío pasa por ese esquema".

Dijo que en este escenario es importante hacer una discusión estratégica sobre cuáles son los productos que debemos producir, alineándolos con calidades y en los distintos mercados. En este sentido, el estudio de mercado que va a tener la Coviar va a marcar la discusión sobre qué es lo que busca el consumidor y cuáles son los productos que estamos ofreciendo, para poder producir los cambios estructurales que necesitamos".

Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, destacó que a pocos días de terminar la cosecha, "aún no se disipa la incertidumbre provocada por la decisión del  Gobierno de Mendoza de fijar un 35 por ciento de la producción de uvas a la elaboración de mosto.

A las adversas condiciones, tanto de precios como de volúmenes comercializables en el mercado internacional, se suma ahora como una variable determinante la real cantidad y condiciones de las uvas, ya que por distintas razones la producción será sensiblemente menor a lo esperado. La pregunta -dice- es porqué se sigue insistiendo en un porcentajes tan alto para el mosto".

Para Gabriela Lizana, de la Asociación de Productores del Este Mendocino, "la situación del sector productivo es de quebranto total, a punto tal que muchos han decidido dejar sus uvas en las cepas", destacando que "muchos se ven obligados a dejar sus uvas en las bodegas sin firmar nada, lo que los deja en la indefensión total en lo relativo a las condiciones de plazos y precios acordados para el pago del producto".

Dijo que a muchos productores de uvas tintas "se los obliga injustamente a derivar un porcentaje a mosto. Por esos motivos, nuestra asociación trabajará más que nunca para que estas situaciones tan injustas comiencen a revertirse. Debemos construir una industria más ordenada, más justa y también de mejor calidad", concluyó.

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