Ninguna música mejor que el fado podría poner la banda sonora a Portugal en su periplo hasta ahora en Brasil 2014. El fatalismo que evoca el popular género luso hizo hogar en la selección dirigida por Paulo Bento, que no deja de contar desgracias desde que salió goleada 4-0 de su partido inaugural frente a Alemania.
Los lesionados se acumulan en la lista de bajas de Bento, que deberá recomponer media defensa para afrontar el decisivo encuentro de hoy ante Estados Unidos.
Antes de partir a Manaos, escenario del partido, el seleccionador luso supo que Bruno Alves, uno de sus centrales, quizá tampoco pueda luchar por la supervivencia portuguesa en el Mundial.
Aquejado de una mialgia en el aductor del muslo izquierdo, una dolencia menor, el defensa del Fernebahce se sumó a larga lista de lesionados que ya tenía Portugal.
Bento añadió así un nuevo interrogante a la zaga lusa, que ya salió muy mal parada de su estreno en el campeonato.
La severa derrota ante a los germanos le costó a la selección portuguesa bastante más que los cuatro goles que ahora comprometen su clasificación y prácticamente la obligan a sumar dos victorias consecutivas en el Grupo G, ante Estados Unidos y Ghana.
El equipo que lidera Cristiano Ronaldo abandonó el Arena Fonte Nova de Salvador con tres jugadores lesionados y otro, el defensa del Real Madrid, Pepe, inhabilitado para disputar el partido frente a la escuadra dirigida por Jürgen Klinsmann tras ser expulsado por roja directa.
En un solo partido, Bento, que había llegado al debut mundialista con todo el plantel a su disposición, perdió para lo que resta de competición al zaguero Fabio Coentrao, con una lesión de grado II en el aductor derecho.
Hugo Almeida, el nueve habitual, también cayó por una lesión muscular en la parte posterior del muslo izquierdo. Está en proceso de recuperación.
Rui Patrício, el arquero titular, forzó para aguantar todo el partido y concluyó con el recto anterior de la pierna izquierda lesionado. Todo indica que Bento tampoco podrá contar con él ante Estados Unidos.
“Con este calor, lo más difícil es hidratar a los jugadores y la deshidratación aumenta el riesgo de lesión, que fue lo que nos sucedió”, explicó el portero luso Beto.
“El cuerpo necesita estar siempre fresco e hidratado, pero eso es complicado y más cuando estás en desventaja en un partido. Eso dificulta también el factor físico y anímico”, añadió el arquero del Sevilla.
“Es cierto que tuvimos bastantes problemas médicos y yo no tengo una manera de explicarlos; son cosas que pasan”, dijo Héder Postiga, uno de los jugadores que llegó a la concentración de Portugal con las secuelas de una temporada llena de lesiones.
“Muchos jugadores vinieron de un año de mucho desgaste físico y psicológico, y eso se nota. Espero que las cosas mejoren”, abundó después. Antes de la inauguración del Mundial, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se había quejado de lo mismo.
“Las temporadas son demasiado largas y siempre son los mismos jugadores en las mismas competencias”, lamentó el suizo.
El caso más paradigmático de ese desgaste es el de Cristiano Ronaldo, según dicen sus compañeros al “cien por ciento” ahora, pero aún bajo la sospecha de una lesión que condicionó su preparación para el torneo.
El astro del Real Madrid se incorporó lastimado a la selección después de un curso en el que llevó su cuerpo al límite para poder conquistar el Balón de Oro 2013, la Liga de Campeones con el club español y concluir como máximo goleador de la Liga española.
Cuando se puso a las órdenes de Bento, el máximo artillero de la historia de Portugal tenía una lesión en el muslo izquierdo y una tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda, que ya había arrastrado durante buena parte de la temporada.
Todavía hoy, el capitán de Portugal sigue entrenándose con un vendaje de protección en la rodilla y las dudas sobre su estado de forma se mantienen, por más que sus compañeros las consideren infundadas.
Así las cosas, con cuatro jugadores descartados ya y un quinto posible, el futuro de Portugal en Brasil 2014 pasa más que nunca por el estado de las piernas de Cristiano Ronaldo y su capacidad de acierto, nula ante Alemania, imprescindible frente a Estados Unidos.
Del otro lado, Estados Unidos aparece como un equipo convencido de que está en Brasil para ser protagonista. “Nos gusta el desafío”", aseguró Michael Bradley, veterano mediocampista de la dirección dirigida por el alemán Jürgen Klinsmann.
“Comenzamos bien y queremos otro buen resultado", añadió Bradley, consciente de que si al 2-1 sobre Ghana le suman otra victoria, él y sus compañeros estarán prácticamente en octavos y Cristiano Ronaldo quizás rumbo a unas prematuras vacaciones.
Los 30 grados y alta humedad que se esperan en el Arena Amazonia de la ciudad ubicada en el corazón de la mayor selva del planeta, contrastarán con el frío de los últimos días en San Pablo, donde se alojan tanto portugueses como estadounidenses.
“Se trata de un partido del Mundial, eso no juega ningún papel”, aseguró el delantero Chris Wondolowski, probable remplazante del lesionado Jozy Altidore. “Estamos muy bien preparados”.
Recordando la historia, la frase bien podría generar ciertos escalofríos en los portugueses, que ya saben lo que es irse eyectados de un Mundial con una derrota ante Estados Unidos en el camino.
Sucedió en Corea-Japón 2002: un 3-2 de los norteamericanos sobre un equipo luso en el que jugaba su actual entrenador, Paulo Bento. Aquel Portugal de Luis Figo y Rui Costa era un equipo incluso más fuerte que el actual, pero siguió las etapas decisivas del Mundial por televisión.
A Cristiano Ronaldo, acostumbrado a golpearse el pecho y gritarle su poder a rivales y espectadores, no le queda otra: tiene que ser el rey de la selva.