Porteños y provincianos

Los equipos de los Torneos Federales recorren muchos kilómetros y deberían tener otro incentivo que no sea el ascenso.

Porteños y provincianos

Maxi Salgado - Editor de Más Deportes - msalgado@losandes.com.ar

Esta semana se conoció la noticia de que la AFA decidió hacer un seleccionado Sub 23 con intención de desarrollar jugadores del ascenso, los que se irían sumando a las selecciones mayores. Hasta aquí todo bien, pero lo llamativo es que los convocados por Julio Olarticoechea (el técnico designado) serán solamente de la Primera B Metropolitana.

Y entonces a uno se le disparan cientos de preguntas. ¿De qué ascenso hablan si sólo toman en cuenta la tercera categoría? ¿Por qué no ver también jugadores del Torneo Federal A, en todo caso?

Las respuestas son simples. La idea fue de Chiqui Tapia, presidente de Barracas Central y yerno de Hugo Moyano, quien está muy cercano a Luis Segura y, seguramente, tiene intereses comerciales para que esto se concrete.

El fútbol argentino sigue haciendo diferencias entre porteños y provincianos, más allá de que si uno hace un repaso rápido de los jugadores que hoy están en la Selección nacional, la mayoría son del interior. Lionel Messi, Ángel Di María, Javier Mascherano, Sergio Romero y la lista sigue.

Si uno ve la conformación de los torneos, algo que no es nuevo, uno ve que desde la B a la D, se favorece el fútbol bonaerense, por cuestiones poco serias como la distancia, siendo que en los Federales A, B y C se recorre muchos kilómetros y la AFA no los reconoce como profesionales.

Hoy, cualquier chico que nace en una provincia, no sólo necesita jugar bien para llegar a los equipos grandes o irse al exterior, sino que necesita “hipotecar” su futuro arreglando con algún empresario. De lo contrario, ser un fenómeno sin precedentes.

Distinta era la situación hace 40 años, cuando César Luis Menotti armó la Selección del Interior y le abrió la puerta a varios jugadores para el Mundial ‘78, como Luis Galván, Miguel Oviedo y José Daniel Valencia que eran de Talleres de Córdoba o el Tolo Gallego de Newell's.

Esto pudieron comprobarlo los dirigentes mendocinos que visitaron el club River esta semana. “Estamos muy lejos, pero lo bueno es que hemos podido ver cómo se hacen las cosas y cómo podemos adaptarlas a nuestra realidad”, decía Rafael Giardini, presidente de Huracán Las Heras.

Diferente es la situación cuando uno repasa otros deportes. El hockey césped, el rugby, el patín y hasta el tenis, el voleibol, dan otras posibilidades. Tienen otras estructuras y así facilitan las cosas.

Ojalá que el cambio de timón que se avizora en la AFA traiga aparejado una visión distinta y una valorización de la gente de “tierra adentro”.

Y aquí también me refiero a la división equitativa de las condiciones económicas. Que no pase más que los dirigentes de Mendoza tienen que ir a River para aprender de marketing o comunicación institucional. Que la inclusión de la que tanto se ha hablado en estos últimos años en el país, también se vea en el deporte.

Es hora que dejemos de lado aquella vieja disputa de porteños y cabecitas negras, a las que se nos  convence con espejitos de colores.

Esto también debería salir de nuestra iniciativa. Hay que dejar de mirar y sufrir por los colores que están a más de 1.000 kilómetros y hacerlo por nuestras instituciones, las que están a la vuelta de tu casa.

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