Julio Ramón Gómez fue designado ayer ministro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, en una votación en la que fue clave la ausencia de la senadora del FIT, Noelia Barbeito. El candidato propuesto por gobernador Francisco Pérez, para ocupar la vacante que dejó Carlos Bhöm, logró 19 bolillas a favor contra 18 voluntades en contra en el Senado.
De esta manera, el mandatario, a doce días de las elecciones y sobre el final de su mandato, logró lo que no pudo hace dos meses, cuando los legisladores ‘bajaron’ a Miriam Gallardo, propuesta para el mismo cargo.
La diferencia mínima que logró Gómez era esperable. Desde el 11 de mayo, día en que se anunció el envío de su pliego, el oficialismo descansó en que la armonía entre sus sectores internos garantizaría una elección sin sorpresas.
Pero dentro de lo previsible que tenía la votación, para muchos cantada, estuvo presente el factor sorpresa: en la sesión especial de ayer, secreta y a puertas cerradas, hubo un justicialista “que se dio vuelta” y dio un voto negativo a quien igual le alcanzó para llegar a la Suprema Corte.
Esto hizo que, apenas terminado el plenario, saliera la UCR con los tapones de punta. “Tenemos por reglamento prohibido decir cómo fue la votación, pero sí fue aprobado el pliego de Gómez. Lo que puedo decir es que Gómez es nuevo miembro de la Suprema Corte gracias al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), gracias a (la senadora Noelia) Barbeito. Ella acaba de dar al peronismo otro miembro en ese tribunal”.
Las palabras son del senador radical, Juan Carlos Jaliff, el primero en hablar una vez terminada la votación. A partir de ese momento todas las miradas se centraron en Barbeito quien, junto al justicialista díscolo, se convirtieron en las voces más buscadas de ayer.
En las cuentas que se hacían hasta ayer, el FpV daba por sentado el voto de sus 19 senadores, sin contar a Eduardo Bauzá, quien remplaza al vicegobernador Carlos Ciurca como presidente del Senado. Su intervención estaba limitada al caso de que algún legislador faltara y entonces tuviera que votar para evitar que el número fuera par, para romper la posibilidad de un empate.
Enfrente, la UCR sumaba a sus 16 votos propios, el del Pro y el de Barbeito si eventualmente votaba en contra (en sintonía con el rechazo que había manifestado al postulado). Contando a todos, podían ser 18 voluntades contrarias.
Con este esquema, el FpV ganaba seguro con sus 19 votos. El segundo escenario esperado hasta ayer (y el más seguro) era que Barbeito no asistiera a la sesión y entonces Bauzá desempatara. Esta posibilidad daba 20 votos al FpV contra 17 de la oposición.
Pero el 19 a 18, sin la presencia de Barbeito, delató que hubo un justicialista que se salió del libreto. ¿Quién fue? Ayer nadie daba nombres en voz alta, aunque por lo bajo todos apuntaban a Matías Stevanato. El legislador maipucino ya había votado en contra del pliego de Gallardo. Ayer este diario intentó, sin éxito, hablar con el supuesto díscolo.
La ausencia clave de Barbeito
"Hasta anoche (por el lunes) estuvimos hablando con Barbeito para que viniera a votar. Ya se sabía que un justicialista iba a expresarse en contra y que su participación era clave", señalaron en el bloque radical, en donde, con el resultado en mano, dieron por sentado ayer un acuerdo entre el FIT y el justicialismo.
“Ella es la responsable de que Gómez esté en la Justicia, así que por favor les pido que se saquen la máscara, que no digan más que son el FIT y vienen a cambiar las cosas, porque hoy tenían la posibilidad de cambiar las cosas y de rechazar a un hombre que no está a la altura del cargo”, apuntó Jaliff.
Con todos los señalamientos, la senadora apareció en la Legislatura para la sesión ordinaria posterior, en la que se homologaron los acuerdos paritarios. Allí hizo su descargo y justificó su ausencia clave en la votación de Gómez. Hay que recordar que Barbeito es candidata a gobernadora por su fuerza. “Los mendocinos van a saber entender”, contestó cuando se le preguntó si este episodio no termina por afectarla electoralmente.
La senadora apuntó al sistema de votación secreto y dijo que, hasta que no cambie el método que prevé la Constitución provincial (sólo una reforma de la Carta Magna podría hacerlo), el FIT no va a participar en los debates a puertas cerradas. En este caso, la sesión designó un cargo clave en la Justicia que tiene, entre otras características, la particularidad de ser vitalicio.
“Son ellos los tienen que explicar por qué la UCR ganó un voto y el PJ lo perdió, con estas votaciones en secreto que se terminan transformando en un contubernio. En vez de explicarlo salen a atacar al FIT, que tuvo una posición independiente a los dos sectores”, se defendió Barbeito. Más allá de sus explicaciones, su “tercera” postura no coincidió con las reglas del juego que establecen sólo dos posibilidades (por el sí o por el no), y su voto terminó siendo “funcional al justicialismo”, como le recriminaron.
Prometió ocuparse del futuro y no del pasado
Si bien es un hombre con trayectoria en el justicialismo, su nombre está en la escena política desde hace poco menos de un mes. Gómez tiene 63 años y hace 18 es director de Asuntos Jurídicos y secretario relator del Tribunal de Cuentas. Antes, fue subsecretario de Justicia y senador por su partido.
El 11 de mayo, el gobernador Francisco Pérez dio a conocer su nombre y el abogado especialista en Derecho Administrativo y Derecho Privado comenzó el camino para llegar a la sesión de ayer, que lo consagró como nuevo juez de la Suprema Corte.
La semana pasada, Gómez tuvo que enfrentar una audiencia pública en la que recibió tanto los apoyos a su candidatura como las impugnaciones. Entre estas últimas, se señaló la falta de idoneidad en función a sus escasos antecedentes como abogado así como el hecho de que no se propuso a una mujer (los siete miembros de la Suprema Corte son hombres ahora).
A su vez, desde la UCR se apuntó que Gómez evadió impuestos y desde organismos de Derechos Humanos lo acusaron de ser funcionario en los años que desaparecieron Baigorria, Garrido y Guardatti (1990 y 1992).
Con esta suma de cuestionamientos, el elegido pronunció ayer sus primeras palabras como juez, agradeció a Pérez y a los senadores que lo votaron.
“Quiero expresar solamente esto: sólo tengo perspectivas para el futuro, no tengo otra perspectiva. Los mendocinos, los hombres y mujeres que integran esta sociedad, no quieren jueces que se acuerden del pasado sino que vivan para resolver sus casos en el futuro. Éste es mi compromiso”, enunció Gómez.
En cuanto a los señalamientos que lo acusan de evasor, defendió: “Está claro que yo no evadí impuestos. Reitero mi condición, esto es lo que el pueblo de Mendoza quiere saber y es que quien va a integrar la Suprema Corte va a resolver hacia adelante los planteos que se presenten”.
Por último, dijo que se va a desafiliar del PJ, partido en el que sostiene que hace mucho que no participa. Todo esto lo afirmó en una conferencia de prensa que los radicales lo acusaron de haberla hecho, justamente, rodeado de senadores del oficialismo.