A 13 años de prisión fue condenado ayer Agustín Sarmiento Jara (22) luego de que la justicia determinara que el joven fue hasta la casa de Martín Bazán (23) y le pegó un tiro en la cabeza.
Ayer por la mañana, los jueces de la Segunda Cámara del Crimen, José Valerio, Mateo Bermejo y Roberto Uliarte, dictaron sentencia contra Sarmiento por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Los familiares del condenado -sus hermanas y su novia- sufrieron una crisis nerviosa y comenzaron a gritar contra los jueces y, sobre todo, contra los fotógrafos que cubrían el debate por lo que los policías que custodiaban el tercer piso de Tribunales, debieron controlar la situación.
Los jueces fijaron una pena mucho menor que la solicitada, durante los alegatos por el fiscal de cámara, Darío Tagua, quien había solicitado una pena de 22 años de cárcel.
En junio de 2013, Sarmiento fue detenido en el barrio Colombia II de Las Heras y luego imputado por homicidio agravado por el uso de arma.
En el debate, un testigo presencial del crimen declaró que la noche del crimen estaba en la puerta de su casa y apareció Sarmiento preguntando por Bazán. Este testigo acompañó a Sarmiento hasta la casa de la víctima. Durante el camino observó que el ahora condenado iba armado pero nunca se le ocurrió que iba a dispararle.
Cuando llegaron a la casa de Bazán, Sarmiento le disparó en la frente, sin decirle nada.
Los vecinos llevaron al herido a la guardia del hospital Central, donde falleció horas después. El disparo ingresó por la frente y los médicos poco pudieron hacer por el herido.
El fiscal, entre otros argumentos, sostuvo que existieron circunstancias agravantes en este homicidio en el que la víctima recibió una certero disparo en la frente, luego de que se produjera una breve discusión verbal.
Algunos testigos, declararon ante los jueces que Sarmiento fue el autor del disparo y no sólo amigos de Bazán, sino testigos desinteresados, como una celadora que vio el momento en que Bazán recibía un balazo en la cabeza.
En tanto que el defensor de Sarmiento, sostuvo la hipótesis de que se trató de una muerte accidental porque existió un forcejeo antes de que el arma se disparara.
