El resultado debe explicarse desde las manos de los arqueros. Las de Sebastián Torrico, que se quedaron con el penal que pateó Claudio Pérez en el primer tiempo y podía haber sido la ventaja para Belgrano. Y las manos de Juan Carlos Olave, que tapó al menos tres chances clarísimas (una impresionante a Martín Cauteruccio) que le hubiesen dado a San Lorenzo un triunfo merecido.
El primer tiempo era todo del Ciclón, que salió con todo y peloteó el área de los cordobeses para empezar a hacer figura al arquero. La más clara fue un remate a quemarropa de Martín Cauteruccio que sacó Olave.
Pero a los 14, partió un bochazo largo para el costado izquierdo del ataque de Belgrano. Velázquez la aguantó con el pecho se metió en el área y cuando se preparaba a patear, Buffarini lo bajó y le cometió un claro penal.
El Chiqui Pérez quedó a doce pasos del 1-0 pero su derechazo suave, a media altura, fue a parar a los guantes de Torrico, que voló hacia su izquierda.
En el segundo tiempo se repitió la escena. El Ciclón exigió a Olave y el Pirata al mendocino Torrico, que respondieron siempre de la mejor manera.
El empate le sentó mejor a los cordobeses. Para los del Patón Bauza fue una oportunidad perdida para consolidarse en la cima del campeonato y encarar el receso de la Copa América de la mejor manera.
Llegó a 32 puntos y quedó a cuatro de River que tiene un partido menos (postergado contra Tigre) y Belgrano alcanzó la línea de 27 unidades, completando así un primer semestre muy positivo.