Adriana, la nieta recuperada 126, manifestó hoy la satisfacción de que su familia de crianza no tuviera vínculo con sus apropiadores "ni con la parte oscura de la dictadura".
"Por suerte mi familia de crianza no tiene nada que ver con apropiadores ni con la parte oscura de la dictadura", dijo hoy tras participar ayer de una conferencia de prensa organizada por Abuelas de Plaza de Mayo para anunciar su identidad.
En declaraciones a FM Blue, la joven de 40 años, hija de Edgardo Garnier y de Violeta Graciela Ortolani, dijo hoy que "sabía quién era como persona, sabía qué hice en mi vida, pero ahora puedo mirar para adelante sabiendo de dónde vengo".
"Quiero compartir esta noticia con todos porque no es solo mío, esto nos hace bien a todos como sociedad y a nivel país", afirmó.
Luego comentó que cuando fallecieron sus padres de crianza "le fui a preguntar a mi tía de crianza si era adoptada pensando que me iba a decir que no, y me terminó diciendo que sí, y que capaz era hija de desaparecidos".
"Es hermoso y me llena de felicidad saber que mis papás me quisieron y lucharon por mi", destacó, a la vez que agregó: "A mi mamá la secuestraron cuando estaba embarazada de ocho meses, cuando nací mi papá nos fue a buscar a los cuarteles y también lo desaparecieron"
Adriana relató que a sus tías las conoció ayer mismo, en la sede de Abuelas. "No lo podíamos creer, nos abrazamos y ya está, como si nos conociéramos de toda la vida".
"El amor que me dieron mis tías ayer hizo que todo parezca muy natural, es imposible describirlo, todavía estoy cayendo", destacó y señaló que de sus padres le contaron "que eran idealistas, que luchaban siempre por un mundo mejor".
Su madre Violeta fue secuestrada el 14 de diciembre de 1976 en el Barrio La Granja de La Plata, con un embarazo de ocho meses, mientras que su padre Edgardo la buscó hasta ser también secuestrado en la capital bonaerense el 8 de febrero de 1977.
Ayer participó en la rueda de prensa en la Casa de las Abuelas, junto a dos de sus tías, en tanto con su abuela paterna de 86 años Blanca Díaz de Garnier, que vive en la provincia de Entre Ríos, hasta ahora sólo habló por teléfono.