Por su gente, El Arca sigue trabajando pese al saqueo

La entidad que promueve el comercio justo hizo un almuerzo para celebrar otro año de labor conjunta. Piden colaboración para recuperarse del robo que sufrieron hace 10 días.

Por su gente, El Arca sigue trabajando pese al saqueo

Cristina Gómez comentó, mientras disfrutaba de un licuado recién preparado, que intentan que 10% de los consumos familiares sean de economía social. Por eso suele comprar aceite de oliva, salsa de tomate, dulces, frutas envasadas y hasta ropa en El Arca, una asociación civil que vincula productores con consumidores.

Ayer acudió al almuerzo comunitario que la entidad organiza para celebrar el fin de año con su familia y una amiga, porque planteó que es una posibilidad para encontrarse con otras personas que comparten estos valores y entender que se trata de una red.

María Raquel Navarro, amiga de Cristina, había visto la invitación por Facebook y, como cada tanto compra algunos productos a El Arca, decidió pasar un feriado diferente.

La mujer indicó además que le había sorprendido el precio accesible de algunos productos, como el aceite de oliva. Unas 400 personas acudieron al Instituto Nadino, sobre calle Granaderos de la Sexta Sección, a metros de la sede comercial, para participar del festejo que los integrantes de la entidad decidieron realizar pese al robo que sufrieron hace unos días.

Pablo Ordóñez, uno de los socios fundadores y coordinador de El Arca, explicó que suelen reunirse dos veces al año: en mayo, para el aniversario (en 2015 cumplieron una década), y a fin de año, para celebrar el trabajo compartido.

La idea es que, como se trata de una empresa de gestión social que promueve una red de prosumidores -productores y consumidores a la vez-, quienes la integran puedan mirarse a la cara y reconocerse. Sobre esto, el presidente de la entidad, Bruno Zangheri, resaltó que rara vez uno puede conocer a los encargados de producir lo que habitualmente consume.

En el interior del salón, los asistentes se ubicaron en largos mesones para degustar la pizza, que era el menú principal, a 20 pesos las tres porciones con un vaso de vino o jugo, con la idea de que fuera económico y más gente pudiera asistir. También había empanadas y repostería, helados y licuados de frutas para comprar. El patio de la escuela se convirtió en una feria para que los consumidores conocieran otras opciones y también a los rostros y nombres detrás de las marcas.

Carla Nieto atendía el puesto de la heladería Chocolatto. La joven explicó que se trata de un emprendimiento familiar, en el que su hermano Facundo está a cargo de la elaboración, su papá Fabián del control (es, además, el bromatólogo de El Arca) y ella de la comercialización y los eventos. Destacó que los helados son sin TACC, aptos para celíacos, por lo que comenzaron -hace unos cinco años- a vender a hoteles y restaurantes. Ahora ofrecen el servicio para fiestas y también la opción de la cascada de chocolate en invierno.

En el patio también se veían los bolsones de verduras de Queyunp (quebrada, valle, yunga y puna), que cada viernes se pueden comprar en el local o recibir en el domicilio, previo realizar el pedido por teléfono o Facebook. Juana Coronel detalla que se trata de una comunidad colla, de 16 familias que llegaron de Salta y Jujuy y se dedican a la agricultura en la zona Este. Si bien todavía no son por completo orgánicos porque algunos usan químicos a modo de abono, sí recurren a caldos naturales, yuyos y cenizas para alejar plagas.

Cada bolsón alcanza un peso de casi 11 kilos de verduras, con 10 productos cada vez, que van variando según la estación: papa, zanahoria, cebolla, cebollita de verdeo, zapallo, zapallito, remolacha, acelga, lechuga, espinaca, tomate, choclo. Juana destaca que promueven alimentarse sano para vivir mejor, como sus abuelos que superaban los 100 años, y a un precio justo, tanto para quienes producen como para quienes consumen.

Su esposo, Isidro Figueroa, cacique de la comunidad, añade que alquilan los terrenos que cultivan, por lo que están luchando para conseguir terrenos fiscales donde puedan trabajar de modo comunitario y lograr que sus hijos estudien pero no se vean obligados a abandonar el campo para ir a la ciudad.

Durante el encuentro se pudieron conocer estas experiencias, como también las de personas con discapacidad o de emprendedores de barrios del Oeste, que forman parte de El Arca. Varios artistas mendocinos se sumaron para poner música a la jornada: Dr. No, Julián Pérez, Sebastián Garay, Paula Neder, Altertango, Solares de Cuyo e Irene Tapia. Por supuesto, se explicó qué es El Arca, una propuesta de economía solidaria y de proximidad, que acerca a productores y consumidores.

Los canales de comercialización son las redes de familias que adquieren los productos en el local o los reciben en el domicilio, y también pequeñas empresas como farmacias, restaurantes (La Marchigiana y Zitto utilizan la salsa de tomate) o estaciones de servicio. En tanto los productores textiles confeccionan ropa de trabajo para Arcor, lo que significa un ingreso para 60 familias, y también se venden prendas en El Arca. Asimismo hay emprendedores de servicios, como catering para eventos.

PCs, un proyector y hasta la camioneta

El último fin de semana de noviembre, la sede de El Arca -ubicada en calle Granaderos 1551 de Ciudad- fue saqueada y desaparecieron cuatro computadoras, dos impresoras, un equipo de música y un proyector (que utilizan para dar charlas a productores y consumidores).

Pero lo que más lamentan es que también se llevaron una camioneta que utilizaban para vincular a los 60 productores textiles, en su mayoría mujeres que trabajan en su casa para cuidar a sus hijos. El vehículo les permitía llevar las prendas cortadas a quienes hacen las estampas y luego a quienes las cosen.

Pablo Ordóñez, secretario y uno de los socios fundadores, reconoció que fue un momento muy duro porque perdieron herramientas de trabajo pero que, por otra parte, han recibido muestras de apoyo y acompañamiento de la comunidad. Así, algunos han ofrecido su propio vehículo algunas horas por día para continuar la tarea. Familias de consumidores se han comprometido a ir vendiendo los productos a sus familiares y amigos.

Quienes quieran colaborar, pueden acercarse a la sede para comprar alimentos, productos artesanales, prendas o contratar servicios (como catering). También, llamar al 420 2757 o escribir a la página de Facebook “El Arca Mendoza” para ofrecer lo que puedan aportar, ya sea material u horas de trabajo voluntario.

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