Carlos Cippitelli fue, es y será uno de los máximos íconos del rugby mendocino y argentino también. El “Gran Capitán” como se lo conocía dejó enseñanzas adentro y afuera de la cancha.
El “Cabezón” como le llamaban los más íntimos no solamente fue reconocido en el deporte de la ovalada, también en otros ámbitos deportivos porque él dedicó su vida al deporte en general, más allá de su amor al rugby.
A pocos días de cumplir 54 años (los cumplía el 4 de agosto) y tras luchar durante muchos años contra una dura enfermedad, ayer el “Gran Capitán” decidió llevar su sabiduría a una nueva gira en su vida, la última y la más dolorosa para toda la familia del rugby provincial y nacional.
Su gran amor fue, sin dudas, el club que lo vio nacer y lo formó como jugador y como persona, el Mendoza RC. Pero también dejó su huella como capitán del Seleccionado de la Unión de Rugby de Cuyo donde participó durante más de quince años y allí fue donde se ganó el respeto de sus pares el apodo de “Gran Capitán” que perdurará por años.
Sólo le faltó vestir la camiseta de Los Pumas, pero esto no impidió que el “Cabezón” fuera reconocido a nivel nacional. Tipos como Diego Cash y Marcelo Loffreda entre otros, estuvieron presentes allá por 2011 cuando se le organizó un homenaje en la club que tanto disfrutó de su rugby.
En aquella oportunidad Cash lo catalogó como el gran referente del rugby mendocino y el ex entrenador de Los Pumas no se quedó atrás y valoró su respeto y su lealtad adentro de la cancha.
El deporte de Mendoza perdió a un gran referente. Un tipo para imitar y que dejó su sello tanto en su club como en el seleccionado mendocino.
El rugby está triste, está de luto. Pero ahora el “Gran Capitán” ayuda desde un lugar privilegiado.