La Suprema Corte de Mendoza tiene presidente. Por dos años más fue reelecto Jorge Nanclares. Tal como adelantó Los Andes, la votación fue dividida, 4 a 3, y en el acta quedó asentada la disidencia interna del Tribunal, algo nadie recuerda que haya sucedido antes tan descarnadamente.
El lunes que viene, cuando asuma, será su quinto mandato al frente del Máximo tribunal: tres seguidos de 2003 a 2009 y el que cumple desde noviembre de 2017. Nanclares llegó ala Corte en noviembre de 1987, hace 32 años.
La división de la Corte es inocultablemente política, porque los tres supremos de origen peronista se abroquelaron tras el radical más moderado y Nanclares sumó su propio voto para ungirse presidente.
La Corte está formada por siete miembros; tres tienen vínculos con el PJ y cuatro con la UCR, uno de ellos el moderado Nanclares.
Los derrotados sostienen que el tiempo de Nanclares estaba terminado y que hacía falta un nuevo liderazgo para avanzar con varias reformas en la Justicia, como la oralidad plena en todos los fueros, tribunales colegiados civiles (tal como se hizo en el penal) y dar marcha atrás con la migración del sistema informático que se está implementando: "ya es obsoleto" dicen desde el ala radical.
En el entorno de los tres supremos de la UCR, José Valerio, Dalmiro Garay y Pedro Llorente, sostienen que buena parte de las reformas implementadas en la justicia penal (tribunales colegiados y juicios por jurado) son obra de Valerio, el ministro radical que impulsaban los correligionarios.
Ahora, en las usinas de la UCR se sostiene que los supremos del PJ manejarán la Corte y que Nanclares dejó de ser moderado porque es presidente gracias a los votos PJ. "Perdieron las elecciones por 15 puntos, pero tienen al presidente de la Corte", dicen.
Más aún, sostienen que la sala administrativa de la Corte (la que define el destino de los recursos del Poder Judicial) estará conformada por el neoperonista Nanclares y dos supremos PJ.
Para interpretar esta crítica, hace falta información: los siete miembros de la Corte funcionan divididos en tres salas: tres miembros en la primera de civil y familia, tres en la segunda de penal y laboral; cada una tiene un presidente rotativo anual y junto al titular de la Corte conforman la tercer sala, la administrativa. Desde el 25 de noviembre próximo, por un año, la sala civil será presidida por Julio Gómez y la penal por Omar Palermo, ambos enrolados en el ala PJ de la Corte.
"El peronismo votó por Nanclares para que no entregarle la Corte a Alfredo Cornejo" dicen desde el ala PJ.
Hay quienes observan que para los supremos Palermo, Gómez y Mario Adaro, fue una victoria pírrica. Nadie ganó nada, ni siquiera el control de la sala administrativa, porque el presupuesto depende del gobernador de turno y porque, aún cuando el ungido presidente hubiese sido el radical Valerio, igual habría mayoría peronista en la sala hasta el 25 de noviembre del año próximo cuando roten las jefaturas de las otras dos salas.
En el entorno de los supremos del peronismo se acusa a Cornejo de haber maltratado mucho a la Corte y que, de alguna manera lo que se facturó al votar a Nanclares es ese maltrato. En la memoria están los reiterados dardos mediáticos del Gobernador al garantismo penal que encarna el filokirchnerista Palermo.
Podría argumentarse que Cornejo ya se está yendo y que a pelea con Palermo fue para montarse en la grieta entre "garantistas" y "mano dura" que ya existía en la Justicia mendocina para llevar adelante su política de seguridad.
"Vieron la oportunidad y la aprovecharon" dicen. La versión es que el ala radical le avisó a Nanclares que no lo iban a apoyar; entonces el presidente fue a pedir el apoyo de los ministros peronistas. Sin embargo, cuando se indica que el peronismo en la Corte tiene una nueva mayoría, hay quienes dudan de la renovada lealtad del presidente.
Claves
Antiguo supremo. Jorge Nanclares asumió en la Suprema Corte en noviembre de 1987, junto a Pedro Llorente.
Los "dueños" de la Corte. Nanclares asumirá su quinto mandato como presidente del cuerpo. Llorente suma ocho (cinco entre 1993 y 2003 y tres entre 2011 y 2017).
El neoperonista. Nanclares llegó a la Corte de la mano del gobernador Llaver, pero siempre fue un moderado, lo que le valió sumar votos de distintos jueces. Esta vez, sus correligionarios le pidieron el paso al costado y el presidente buscó el apoyo de los supremos del PJ.
La Justicia tiene $57 millones en cuentas sin movimiento
La Suprema Corte de Justicia podrá disponer de los intereses devengados de los depósitos judiciales, y además de aquellos montos que no tuvieron ningún movimiento judicial durante dos años, a excepción de las causas donde estén involucrados niños e incapaces. El objetivo es dotar de fondos a la Justicia.
Se trata de una iniciativa del senador radical Marcelo Rubio. Del total de los depósitos judiciales registrados entre febrero del 2012 y agosto del 2019, hay cuentas corrientes en pesos que no han tenido movimiento alguno durante 10 años, con $ 57 millones.
De convertirse en ley, la Justicia estará facultada a movilizar financieramente estos depósitos.
