EVA SZALAY Y COLBY SMITH
El dólar estadounidense sobresalió en los mercados y las finanzas globales durante mucho tiempo. Pero está empezando a no ser tan así.
El papel preponderante de la divisa norteamericana en los fondos oficiales y en el comercio internacional es formidable y es poco probable que se debilite rápidamente. Sin embargo, los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las reservas de los bancos centrales muestran un sutil alejamiento del dólar que, según los analistas, podría indicar que se está repensando el riesgo político que implican los activos estadounidenses.
"Los bancos centrales se están despojando del 'privilegio exorbitante' del que disfruta el dólar", dijo Alan Ruskin, jefe de estrategia internacional de Deutsche Bank en Nueva York. "La política está empezando a transgredir de tal manera que tiene el potencial de poner en duda el dominio del dólar."
En el informe trimestral del mes pasado sobre las reservas de los bancos centrales, el FMI señala que del total mundial la porción nominada en dólares era apenas inferior al 62% en el segundo trimestre de este año, 0,76 puntos porcentuales menos que en el mismo período del año anterior. Las reservas nominadas en euros representaban el 20%.
Si bien la caída es pequeña, la aparente resistencia engaña. Como señala Ruskin, durante ese trimestre el dólar fue la moneda de mayor rendimiento en el mundo desarrollado. En teoría, eso debería haber atraído inversión a un mayor ritmo que otras monedas.
En cambio, los administradores de las reservas de los bancos centrales -que constituyen una poderosa fuerza en los mercados mundiales- acumularon 3,5% más dólares a lo largo del año, muy por debajo del avance de 17% para el yuan e incluso del 8% para la libra esterlina, a pesar de que esa divisa tiene problemas relacionados con el Brexit. La menor participación del dólar en las reservas representa un "voto del sector oficial contra el 'excepcionalismo' de Estados Unidos", señaló Ruskin.
En su opinión, los datos deberían dar que pensar a las autoridades norteamericanas que analizan legislaciones que gravan las compras de activos estadounidenses en el extranjero, más sanciones basadas en el uso internacional del dólar y planes para restringir el acceso a los mercados de capitales de Estados Unidos.
Todas esas acciones podrían debilitar la influencia del dólar. Mark Carney, presidente del Banco de Inglaterra, advirtió en agosto que además de ser la moneda dominante para facturar y liquidar las operaciones de comercio exterior, dos tercios de las emisiones mundiales de títulos valores y de las reservas de divisas oficiales están denominadas en dólares.
Eso hace que los acontecimientos económicos en Norteamérica sean el motor clave de la política monetaria en otros países, especialmente en los mercados emergentes. A largo plazo, los bancos centrales deberían pasar a un sistema económico "multipolar", comentó Carney, y agregó que "al yuan le falta mucho para asumir el mando...[pero] los cimientos están ahí".
Los analistas de Goldman Sachs dijeron que las reservas en dólares se redujeron en casi cuatro puntos porcentuales en 2017 y 2018. Al mismo tiempo, los administradores de las reservas han seguido aumentando sus tenencias de yuanes y de yenes japoneses, particularmente en aquellos países que mantienen una relación política conflictiva con Estados Unidos.
"Hasta ahora, estos flujos fueron bastante concentrados. Rusia representó cerca del 70% de las nuevas reservas de yuanes en 2018, mientras que Brasil y Chile, alrededor del 40% de la acumulación de reservas de la moneda china en 2019", explicó Mike Cahill, economista de Goldman Sachs en Londres.
Estados Unidos usa cada vez más el dominio del dólar para promover sus políticas externa y comercial. En respuesta, empiezan a ganar terreno ideas como facturar en euros parte del comercio mundial de petróleo.
Claudio Borio, jefe del departamento monetario y económico del Banco de Pagos Internacionales, sugirió en un discurso a principios de este año que trasladar el comercio y la liquidación de las operaciones con petróleo al euro "podría limitar el alcance de la política exterior de Estados Unidos en la medida en que se aprovechen los pagos en dólares".
Rusia también hizo esfuerzos en los últimos cinco años para alejarse del dólar como moneda para el comercio y los pagos, y para reducir el impacto de la fortaleza del dólar en su economía. Dmitry Dolgin, economista de ING Bank en Moscú, dijo que en el primer trimestre hubo "claras señales" de mayores exportaciones nominadas en euros desde Rusia hacia la UE y China y de ventas en rublos a India. Pero los bancos centrales enfrentan una difícil decisión.
Ni el euro ni el yuan tienen la profunda liquidez que ofrecen los mercados en dólares. Los rendimientos de los bonos soberanos de la eurozona son muy negativos, mientras que el yuan sigue estrechamente controlado por el gobierno chino, a pesar de los recientes esfuerzos de liberalización. "Cuando uno lo analiza con una perspectiva a uno a dos años, es muy poco probable que un activo pueda usurpar el dominio del dólar. Sin embargo, cuando se habla de una o dos décadas, hay que tener en cuenta otras consideraciones", concluyó Ruskin.