Según los medios locales Johana Villafañe, la mendocina que murió tras ser atacada por sus propios perros en una clínica veterinaria en Estados Unidos, tuvo contacto con los animales porque en el albergue del estado no hab espacio suficiente para contenerlos.
Todo empezó el 15 de marzo, luego de que los dos pitbulls american terrier de la joven de 33 años atacaran a un vecino de ella.
Esa misma noche la Policía y personal de Servicios Animales se contactó con Villafane y le entregaron una citación por tener a sus perros sueltos y no contar con placas de vacunación contra la rabia.
De acuerdo a lo publicado en el diario Al Día Dallas, el incidente requería que los perros estuvieron asilados durante 10 días a fin de observar si presentaban síntomas de rabia.
Sin embargo, en ese momento el albergue de animales de Irving no tenía espacio suficiente para contenerlos.
Ante esto, se le dio opciones para albergarlos en otros lugares. Posteriormente Johana firmó un acuerdo en el que se comprometía a llevarlos al hospital de animales antes de la noche del 16 de marzo, explicó la Policía.
Los días siguientes, Villafañe concurrió a la clínica para alimentar y sacar a pasear a sus mascotas. James McLellan, el vocero de la policial de Irving, aseguró que el albergue de animales "no hubieran permitido contacto alguno con ella".
Pero, las clínicas veterinarias manejan sus propios criterios. El sábado, la joven fue a visitar a sus mascotas y ellos la atacaron salvajemente en el área exterior de ejercicio con sus perros.
Cuando los empleados se acercaron para ver porque demoraba tanto la hallaron en el suelo gravemente herida. Johana fue llevada de urgencia al hospital de Dallas, pero los médicos solamente pudieron constatar su deceso.