El juicio por la muerte de Genaro Fortunato llegó a su fin. A las 14.30 el tribunal dio a conocer la sentencia en donde se condenó a Julieta Silva a la pena de 3 años y 9 meses de prisión.
Pero antes de que los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle le dieran la posibilidad a Silva de decir sus últimas palabras, antes de que pasaran a deliberar, Graciela Linares, la madre del rugbier muerto el 9 de septiembre en San Rafael se adelantó y solicitó decir unas palabras.
"¿Por qué, Julieta?", preguntó Graciela mirando directamente a los ojos a la imputada. Inmediatamente, Julieta rompió en llanto.
"Estoy hablándole muy tranquila. Necesito poder entender muchas cosas”, continuó pese a la queja del abogado defensor. “Ya demasiado dolor tenemos y creo que tengo todo el derecho de poder preguntar por qué. Para poder entender qué paso”, agregó.
Entre pequeñas interrupciones que partían de la defensa de la imputada y las indicaciones del presidente del tribunal, la madre de Genaro se abrió paso y continuó “¿Tanto mal te hizo Genaro?”, dijo la mujer y siguió hablándole a Julieta directamente: “Genaro te quería, tenía proyectos con vos. Vos sabes de lo que te estoy hablando, estaba contento, tenía ganas de vivir”.
Pero no todo terminó ahí, con la voz calma y lágrimas en sus ojos, Linares prosiguió. "He tenido que escuchar barbaridades y hasta una manipulación morbosa en pos de una defensa. (Julieta) Tiene todo su derecho, pero no a través de una manipulación morbosa de mi hijo, ahora lo único que falta es que Genaro se quiso suicidar porque estaba en una crisis, cuando sabemos que no es así”.
“Le pido a Dios, sin rencor ni venganza, que le de paz a tu alma porque destrozaste mi familia y la tuya también, ellos tampoco tienen la culpa”, terminó.
Si la defensa tenía planeado que Silva le hablara al tribunal fue una incógnita, lo cierto es que después de Linares pidieron cuarto intermedio y cuando regresaron obviaron decir algo más y se retiraron a esperar la sentencia que se conoció a las 14.30.