Este lunes es feriado en todo el territorio nacional, ya que se recuerda el Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado de 1845.
En aquel entonces, los soldados argentinos, en inferioridad de condiciones, resistieron la invasión del ejército anglo-francés, el más poderoso del mundo. La fecha fue instaurada por pedido del historiador José María Rosa y se oficializó por medio de la Ley Nº 20.770, en 1974.
Con la finalidad de colonizar territorios de nuestro país, en 1845, Francia e Inglaterra emprendieron una ofensiva con una flota de 95 navíos de carga, repletos de productos para ser colocados en la provincia de Corrientes y en el Paraguay.
Como el pueblo argentino no deseaba volver a ser una colonia, el gobierno de Juan Manuel de Rosas, respaldado desde el exilio por el general José de San Martín, preparó una resistencia.
Los invasores querían entrar por el río Paraná, pero las tropas nacionales, al mando de Lucio Mansilla, se anticiparon en un estrecho recodo de ese río: la Vuelta de Obligado.
El número de fuerzas enemigas superaba ampliamente en cantidad y modernidad de su armamento a las argentinas que, sin embargo, no se amedrentaron y batallaron durante siete horas.
De este modo, lograron que las tropas adversarias no pudieran ocupar las costas, objetivo necesario para poder adentrarse en el territorio argentino.
Esta heroica resistencia, así como también el espíritu de lucha nacional se conoció en toda Europa y quedó inscripto en la historia de la Argentina como un símbolo de independencia, libertad y unidad nacional.
El enfrentamiento de la Vuelta de Obligado fue el primero de otros tres enfrentamientos: el del paraje Tonelero, el combate de San Lorenzo, donde el general José de San Martín derrotó a los españoles con los Granaderos, y por último, Quebracho, sitio donde los patriotas cañonearon a los invasores.