El PBI de las naciones más ricas y el argentino
El Producto Bruto Interno (PBI) es lo que cada país produce en bienes y servicios durante un año calendario. Es el esfuerzo nacional, de todos los habitantes y no obra de los gobiernos. Estos se limitan a administrar políticamente lo que la población produce.
Pretendo demostrar por qué, siendo Argentina un país fuerte, vivimos tan mal y por qué los gobernantes y políticos argentinos administran con gran ineficiencia cuando conducen al país. Los datos del Fondo Monetario Internacional que a continuación expongo son oficiales y públicos.
Los diez países más ricos del mundo según el PBI de cada uno son:
1º China, con U$S 17 billones 632 mil millones.
2º Estados Unidos, con U$S 17 billones 416 mil millones.
3º India, con U$S 7 billones 277 mil millones.
4º Japón, con U$S 4 billones 781 mil millones.
5º Alemania, con U$S 3 billones 621 mil millones.
6º Rusia, con U$S 3 billones 559 mil millones.
7º Brasil, con U$S 3 billones 73 mil millones.
8º Francia, con U$S 2 billones 758 mil millones.
9º Indonesia, con U$S 2 billones 554 mil millones.
10º Inglaterra, con 2 billones 435 mil millones.
La sorpresa: de 184 países estudiados por el Fondo, la Argentina se ubica en el puesto Nº 25 con U$S 927 mil 382 millones. Nos superan México, con 2 billones 133 mil millones puesto 11º; Canadá, con 1 billón 578 mil millones puesto 15; Irán, con 1 billón 283 mil millones, puesto 18, y Australia, con 1 billón 100 mil millones, puesto 19.
La otra sorpresa: estamos por arriba de Colombia, con 641 mil 532 millones, puesto 31; Chile, con 410 mil 277 millones, puesto 43; Perú, con 376 mil 736 millones, puesto 47, y Uruguay con 19 mil 777 millones, puesto 92. Si tomamos los datos del Banco Mundial, nuestro PBI es menor que el determinado por el Fondo, pero el Banco nos sitúa en el puesto Nº 21.
Cómo opera el Estado
Es la organización política y jurídica de la Nación. Su columna vertebral macroeconómica es el Presupuesto anual, que especifica todos sus gastos y a continuación fija los recursos necesarios para sufragarlos. Los ingresos del Estado son los recursos tributarios: impuestos, tasas y contribuciones, y no tributarios.
Todos los recursos provienen del PBI de los habitantes, de modo que mientras más importante sea, mayores serán los recursos del Estado, que debe brindar los servicios que los particulares no prestan.
Es obvio que los gobernantes deben administrar los recursos con gran honradez. De lo contrario incurren en la abominable corrupción. Deben también hacerlo con razonabilidad, de modo que se realice una correcta asignación de los recursos hacia los gastos necesarios para satisfacer todas las necesidades de la población.
Deben conducirse con diligencia, evitando gastar más de lo que se recauda y no incurrir en déficit fiscal, origen de todos los males macroeconómicos de un país.
Deben ejecutar políticas cambiarias y monetarias adecuadas para evitar el déficit comercial que se produce cuando se compra al exterior (importación) más de lo que se le vende (exportación).
Si todas estas variables son correctas y controladas, se produce un equilibrio interno e internacional macroeconómico y la población vive los magníficos efectos de la estabilidad, que genera más producción, más inversiones, más confianza y mayor bienestar general. Esto es lo que todos los gobiernos anteriores y el actual no han hecho y por eso estamos tan mal.
Por nuestra geografía, clima, superficie, población y antecedentes antes de 1930, deberíamos tener hoy un PBI de alrededor de U$S 3 billones, como Brasil. No lo tenemos porque las muy malas administraciones nos han frenado con sus pésimas medidas antieconómicas y populistas.
Nuestro PBI y las acciones de los gobernantes
El 31 de octubre de este año 2014 publiqué en Los Andes: "El fracaso de todos los sucesivos gobiernos" desde 1946 en adelante. Los gobernantes han dilapidado los recursos provenientes del pueblo y así nos encontramos con serios problemas para vivir y trabajar dentro del país.
Lo primero que se observa de los datos del Fondo es que no obstante la cifra del PBI, más de 900 mil millones de dólares, a principios de 1900 estábamos en el 7º lugar en el mundo y hoy, en el 25º. Curiosamente Brasil, que antaño estaba detrás nuestro, hoy ocupa nuestro 7º lugar superando en casi 3,5 veces nuestro PBI.
Las reservas en dólares del BCRA deberían ascender a por lo menos el 10% de nuestro PBI, o sea U$S 93 mil millones, y con gran esfuerzo tenemos U$S 27 mil millones, el 3%.
El déficit fiscal de 2014 se estima en $ 336 mil millones y la base monetaria circulante es de $ 400 mil millones con la consiguiente emisión monetaria que lleva la inflación a un 10% del circulante, o sea un 40% anual. Nos abruma una deuda externa de U$S 190 mil millones no obstante las mentiras del desendeudamiento.
La presión tributaria es enorme y en igual proporción lo que se recauda, que no mejora el nivel de vida sino simplemente se destina a cubrir el déficit, incrementar la corrupción y seguir con el gasto público desenfrenado tendiente a aumentar el consumo, lo que no se logra ya que estamos en estanflación, recesión con inflación, desaliento de la actividad económica, cierre de negocios y fábricas, despidos, multiplicación del desempleo y la pobreza.
Por el cepo cambiario no podemos negociar con moneda extranjera, vacacionar, ahorrar ni importar insumos indispensables para la industria, el campo y el comercio. No hay inversiones extranjeras ni relaciones internacionales que nos conecten con el mundo.
Por estar en déficit de hidrocarburos debemos importar U$S 13 mil millones anuales, cuando antes nos abastecíamos y exportábamos. Además tenemos Vaca Muerta, uno de los yacimientos más grandes del mundo.
Estamos aislados y “viviendo con lo nuestro” al mejor estilo ruso comunista o cubano. Como todos los recursos son pocos, el Gobierno saquea las cajas del BCRA, Anses, Banco Nación y Tesoro Nacional. Por la falta de confianza en los sucesivos gobiernos se han fugado del país más de U$S 200 mil millones.
El oficialismo justifica este desastre con los argumentos más mentirosos y vergonzosos, sobre todo remontándose a 2001 cuando en verdad lleva ya once años en el poder. Tenemos un PBI que supera a Colombia en 1/3; a Chile en más de 1/2; a Perú en 2/3 y a Uruguay, en más de diez veces.
Y en estos países no hay inflación, tampoco recesión, no hay cepo cambiario, las monedas extranjeras circulan libremente, hay estabilidad y la población vive con mucho bienestar.
Las causas
Ya las he anticipado. Las pésimas administraciones populistas y demagógicas que hemos sufrido, más la nacional y popular que nos destruye hoy han logrado un éxito rotundo e innegable: con un PBI construido con gran sacrificio por el pueblo, que supera los más de U$S 900 mil millones, vivimos pobremente.
He sostenido que tenemos un país rico por naturaleza pero empobrecido por los gobernantes de turno. Y son los que hemos elegido durante décadas con lo cual el problema originario está en nosotros.
Los gobernantes son ineficientes, negligentes, varios de ellos corruptos, algunos delincuentes y, no obstante, ¡los seguimos votando! La oposición no sabe qué hacer ni cómo revertir esta lamentable situación y nada me hace pensar que hasta el momento se presente alguna alternativa favorable.
He propuesto suspender las campañas electorales y fijar políticas de Estado de ejecución obligatoria para quienes resulten electos ¡pero es evidente que nadie lee ni quiere leer! La falta de estudio y preparación de los dirigentes son patéticas.
Todos los numerosos candidatos presidenciables tienen la seguridad íntima de su éxito. No advierten que pueden ser todos derrotados por cualquier postulante oficialista, que tiene asegurada una base del 30% frente a un 70% atomizado que en el acto electoral es nada.
Hoy el FpV asegura que su victoria lo será en primera vuelta con un 40% de votos. ¿Deberemos comenzar a pensar que tendremos más populismo hasta 2019 y por tanto más pobreza y deterioro general?