En pleno derrumbe del petróleo y de las bolsas, la cotización de uno de los activos refugio por excelencia, el oro, apenas repuntó ayer 0,20%. Hoy gira a la baja, hasta rozar mínimos de una semana, y los analistas auguran caídas tanto a 3 como a 12 meses vista.
La cotización del oro no logró el brillo habitual en otros episodios de pánico en los mercados. El petróleo sufrió su mayor derrumbe desde 1991 y las bolsas europeas y estadounidenses rondaron el 8% de desplome, un contexto a priori propicio para que los inversores buscaran refugio en la deuda pública y en el oro.
Los ajustes de carteras, en cambio, fueron más selectivos de lo habitual incluso dentro de las alternativas más defensivas. Las compras en la renta fija se centraron en las deudas de EE.UU. y Alemania, y los inversores se lanzaron sólo inicialmente a la compra de oro.
La cotización subió ayer hasta superar efímeramente los u$s 1.700 la onza. Este nivel situó su cotización en máximos de siete años, desde diciembre de 2012. Al cierre de la jornada, en cambio, la suba se limitó a apenas un 0,20%, desde los u$s 1.672 del viernes hasta los u$s 1.675.
En medio del terremoto desatado en los mercados financieros, desde entidades como Pimco recomendaron, más que tomar posiciones en activos refugio, primar sobre todo la liquidez. Desde Unigestion inciden en esta línea: "Estar en liquidez sería la mejor manera de proteger las carteras en un futuro próximo", por lo que concluyen que "ahora mismo, el efectivo es el rey".
Los analistas del banco suizo Julius Baer, lejos de recomendar la inversión en oro para aprovechar futuros episodios adicionales de aversión al riesgo, se muestran bajistas sobre su evolución tanto a corto como a medio y largo plazo.
Según explica la firma, el derrumbe histórico del precio del petróleo hunde las previsiones de inflación, una situación que supone toda un techo para la cotización del oro, que siempre sacó mayor partido a las tensiones inflacionistas.
Baer llama la atención sobre el comportamiento anómalo del oro en una sesión como la de ayer, antes de explicar que el hundimiento de las perspectivas de inflación junto a la posibilidad de que algunos inversores tuvieran que vender (con plusvalías) sus posiciones en oro para cubrir las pérdidas sufridas en otros activos provocaron que la cotización del oro apenas reaccionara a la desbandada que registraron ayer los mercados.
La reacción del oro en la jornada a las expectativas de toda una batería de estímulos por parte de gobiernos y bancos centrales es a la baja, con mínimos por debajo de los u$s 1.660 la onza, en sus niveles más bajos en cerca de una semana.
Julius Baer tampoco ve margen para nuevas subas, y sitúa su previsión a tres meses sobre el precio del oro en u$s 1.625 la onza, por debajo de su cotización actual. A 12 meses también esperan caídas, hasta el entorno de los u$s 1.600.
Según la firma suiza, el 'shock' del coronavirus tendrá un impacto limitado en el tiempo, por lo que dará paso a una recuperación de la economía mundial que frenará el apetito inversor por el oro.