La cadena de cafeterías Starbucks y la compañía aérea American Airlines eliminarán los sorbetes de plástico en los próximos dos años. La decisión apunta al cuidado del medio ambiente, ya que es dificultoso reciclarlos.
Tras el anuncio del cambio, Starbucks se convirtió en la compañía de alimentos y bebidas más grande en tomar semejante medida, ante la creciente exigencia de que comercios y ciudades reduzcan los desechos.
Aunque las pajitas representan un pequeño porcentaje de la contaminación que termina en los océanos, se han convertido en un punto de discordia porque son consideradas una forma fácil de reducir la basura.
"Es una de varias cosas que el público se da cuenta que en realidad no necesita", dijo Denise Hardesty, de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia, quien estudia la contaminación con plástico.
Una semana después de que Seattle, la ciudad de origen de la cafetería, prohibiera los cubiertos y pajillas de plástico, Starbucks anticipó que para 2020 utilizará sorbetes hechos de materiales biodegradables como papel y tapas con diseño especial.
Las cañitas suelen convertirse en basura porque su reducido tamaño dificulta su reciclaje.
En paralelo a Starbucks, American Airlines informó que dejará de usar sorbetes y agitadores de bebidas de plástico y que los reemplazará con alternativas biodegradables. Aunque, en el caso de la compañía aérea, las modificaciones se harán efectivas en el corto plazo.
La aerolínea agregó que a partir de este mes, sus salas de espera en los aeropuertos servirán bebidas con sorbetes y agitadores de madera. También comenzarán a usar cubertería que calificó de "amigable con el medio ambiente".
American Airlines dijo que en noviembre reemplazará los agitadores de plástico con unos hechos de bambú a bordo de sus aviones. La medida eliminará más de 32.000 kilos de plástico al año, agregó.
Las pajitas de plástico solo representan 4% del desperdicio de plástico por número de piezas; el número es mucho menor por peso. Los sorbetes agregan unas 2.000 toneladas a las casi 9 millones de toneladas de desperdicio plástico que termina en las aguas del planeta cada año.
En años recientes, también se ha criticado el uso de otros artículos de plástico.
Varios gobiernos locales han promulgado prohibiciones e impuesto gravámenes a las bolsas de plástico, como es en el caso de Mendoza. Las botellas de agua reutilizables también han ganado popularidad para reducir las botellas de plástico, y han surgido estaciones de relleno de agua en campus universitarios y otros lugares.