Roma. La abogada del Movimiento Cinco Estrellas Virginia Raggi se convirtió ayer en la primera alcaldesa de la historia de Roma, luego de vencer en el balotaje al candidato del oficialista Partido Democrático Roberto Giachetti, y su compañera Chiara Appendino dio la sorpresa en Turín al remontar más de 10 puntos de desventaja y alzarse con el gobierno de la ciudad norteña, según las primeras tendencias con números oficiales.
“He llamado a Virginia Raggi y la he felicitado. Es un resultado claro. Seremos una oposición constructiva”, aseguró Giachetti minutos antes de la medianoche italiana confirmando la victoria de la dirigente del denominado “antisistema”, de 37 años, que en los primeros datos del escrutinio superaba el 60%.
Candidata del partido nacido como consecuencia de la crisis europea de 2008, Raggi casi duplicaba con las primeras proyecciones el 35,25% de la primera vuelta del 5 de junio y asumirá el gobierno del Campidoglio.
De la mano del movimiento fundado por el ex cómico Beppe Grillo al calor de las consecuencias de la crisis económica europea de 2009 y con un tono reticente a Europa, Raggi consiguió la pole position en la capital tras una campaña basada en las problemáticas vecinales de Roma, como la seguridad y la limpieza.
Además, Raggi logró capitalizar durante la campaña el descontento popular que existe en la capital italiana por los recientes escándalos de corrupción, especialmente luego de la renuncia a fines de 2015 del anterior síndico Ignazio Marino, acusado de supuesta malversación de fondos, incluido el Mafia Capitale de 2014.
En esa línea, la nueva alcaldesa anunció durante la campaña que en caso de ganar las elecciones gobernaría por un solo mandato, que quitaría la tarjeta de crédito para gastos personales del alcalde e incluso anunció sus planes para someter a referendo la candidatura de Roma para los Juegos Olímpicos de 2024, que impulsa el oficialismo del premier Matteo Renzi.
“El Movimiento Cinco Estrellas ha crecido progresivamente en los últimos años. Hoy no somos solo honestidad, sino que le hemos agregado competencias y cualidades”, explicó Raggi en una entrevista antes del balotaje, y graficó el crecimiento del movimiento que pasó de un inicial 7% en la norteña Emilia-Romaña en 2010 a tener 107 diputados (sobre 630) y 40 senadores (sobre 315).
Ese crecimiento fue siempre acompañado por las definiciones de antipolítica y antisistema, recordando los inicios de un M5E euroescéptico y a favor de la democracia directa, incluida la virtual.
Los comicios, a pesar de ser municipales, fueron planteados por la oposición desde el principio de la campaña como una prueba de popularidad para el gobierno nacional de Renzi, quien, al igual que sus dos predecesores, Mario Monti y Enrico Letta, no fue elegido en las urnas sino designado en 2014 por el jefe del Estado, tras una serie de ejecutivos fallidos.
Si bien tras la primera vuelta Renzi había sido tajante al anunciar que “absolutamente no” dimitiría en caso de perder Roma y Milán, desde el M5E y desde los partidos de derecha como Forza Italia y Liga Norte buscarán nacionalizar los resultados.
De todas formas, Renzi viene reforzando desde hace más de un año que su gran apuesta sería el referendo de octubre próximo, cuando se plebiscitará su ley de reforma política que incluye la virtual desaparición del Senado.