“Lago salino ubicado a gran altitud situado en un entorno semi desértico”, así se describe a la Laguna de Llancanelo -ubicada en Malargüe- en la página web que lista los sitios Ramsar, tratado internacional para la conservación al que ingresó este espejo de agua mendocino en 1995. El mismo se encuentra hoy al borde de secarse con menos del 20 por ciento del agua que solía tener. Para que este patrimonio natural, castigado tanto por fenómenos climáticos como antrópicos, recupere su antigua vitalidad se trabajará por primera vez en acciones concretas de restauración.
“Con la Fundación Humedales y otras instituciones vamos a empezar este mes con la restauración de Llancanelo, ya que si bien antes se han realizado acciones de observación es la primera vez que nos vamos a intervenir, hacer manejo y control”, expuso con entusiasmo Heber Sosa, profesor y coordinador del área de humedales de tierras secas de la Fundación.
En primer lugar, se comenzará con la erradicación del tamarindo, una especie de arbusto invasor muy perjudicial para la biodiversidad de la laguna. “La invasión de tamarindo comenzó a fines del ‘80 y hoy tenemos cerca de 300 hectáreas infectadas”, señaló el experto. A fines de marzo, se prevé tener terminado el primer mapeo de la especie para empezar a sacarlo y en su lugar colocar totora, junco y otras plantas autóctonas. “No apostamos a la erradicación total, pero sí a hacer todo lo posible para permitir que se desarrollen nuestras especies”, reconoció el experto.
Mientras tanto también se iniciará el trabajo con los pobladores de la zona para que la presión ganadera no perjudique al ecosistema de la zona.
“Es clave para recuperar los bañados trabajar con la gente del campo y toda la comunidad”, aseguró Sosa. Para el profesor, el agua y la pastura son los primeros servicios medioambientales que hay que regular. “Que los vecinos aprovechen el agua y la pastura, pero que lo hagan de forma equitativa y racional para que puedan convivir, por ejemplo, los chivos y los flamencos; de eso se trata el uso sustentable”, apuntó.
Por otro lado, se realizarán pequeñas intervenciones en los arroyos para que puedan mantener el agua y regar los bañados en los alrededores. A cada acción que se vaya realizando le seguirá un detallado monitoreo para comprobar la recuperación de la flora y la fauna del sitio. “Una vez que vuelva el agua se estudiarán cuáles son las especies que van apareciendo”, remarcó el miembro de la fundación.
Un solo espejo de agua
Con una visita reciente al lugar, Heber Sosa relató que en Llancanelo sólo queda hoy un espejo de agua sobre las costas este y sur, que representa poco menos del 20 por ciento de recurso vital que solía tener. “Toda la zona norte está totalmente seca por lo cual la cría de flamencos este año no se va a producir”, precisó el profesor a la vez que recordó que el año pasado estas aves sí criaron, pero estuvieron a punto de perder la nidada por la falta de agua. “Como ellos se adaptan se fueron a criar a la laguna de Mar Chiquita en Buenos Aires”, explicó.
Para el docente, la falta de agua se corresponde con las escasas nevadas en la cordillera. “Desde Salta hasta Mendoza toda la zona alto andina está sufriendo exactamente lo mismo”, afirmó.
Denuncia por robo de agua
Más allá de la situación climática para Eduardo Sosa, presidente de Oikos, el déficit de agua en Llancanelo también está motivado por la falta de acción del “Estado que es incapaz de evitar que particulares hagan un uso indebido del agua”.
De hecho, en octubre pasado un ganadero de Malargüe denunció a su vecino por realizar un tapón en el arroyo Los Menucos que impedía la llegada del agua a la laguna. “Si bien en términos cuantitativos es pequeño el caudal que no está llegando a la laguna por esta causa, los tiempos del Gobierno son demasiado lentos para remediar cualquier situación similar”, subrayó el experto. Para solucionar este problema en principio se pactó una reunión con los responsables de Recursos Naturales Renovables en diciembre, que finalmente se concretó el 9 de enero.
Según precisó Daniel Gómez, titular de esta cartera, el caso del tapón se trató de una situación “muy particular y menor”. “Tuvimos una pequeña reunión con todos los actores y en estos días vamos a notificar al propietario para ver cómo lo modifica”, adelantó, a la vez que destacó que el daño fue más ambiental que hídrico, sobre todo porque está dentro de un área natural protegida. “Para hacer cualquier intervención tendría que haber consultado con la autoridad”, detalló el funcionario.
Pero Sosa no se refirió únicamente a este caso particular, sino a la grave sospecha de que el río Malargüe está siendo afectado por tomas clandestinas. “Es un robo de agua que se supone viene desde hace 10 años, por lo que a través de Oikos estamos pidiendo a Irrigación acceder a la lista completa de regantes y a un expediente que tienen al respecto”, expuso el titular de la ONG ambientalista. A través de testimonios pudieron calcular que son entre tres y cuatro las tomas clandestinas.
Concurso: Día de los Humedales
Cada 2 de febrero se festeja en todo el mundo el Día de los Humedales, para recordar que en 1971 se adoptó la Convención sobre los Humedales.
“Estos hábitats -definidos como superficies cubiertas de agua, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas- son imprescindibles en cuanto a la provisión de servicios ambientales y en zonas áridas, como las de nuestra provincia, adquieren aún mayor valor ecológico. Los humedales aportan dos beneficios fundamentales: el agua a disposición del ser humano y la biodiversidad”, recalcó Heber Sosa, coordinador del área de humedales de tierras secas de la Fundación Humedales.
En nuestra provincia, hay dos reconocidos a nivel internacional por la Convención Ramsar: la Laguna de Llancanelo en Malargüe y las Lagunas de Guanacache en Lavalle, compartidas con San Juan, San Luis y Parques Nacionales. “Desde 2011 con la Fundación Humedales estamos trabajando en restaurar las lagunas de Guanacache, a lo que se sumó San Luis con dos obras grandes en el río Desaguadero”, apuntó Sosa.
Los preparativos para conmemorar esta fecha comenzaron el año pasado y para esta ocasión desde Ramsar alientan a los jóvenes a que tengan un contacto directo con los humedales y que participen del concurso de fotografía. La iniciativa está destinada a jóvenes de entre 15 y 24 años; deben tomar una foto a un humedal entre el 2 de febrero y el 2 de marzo y subirla a http://www.worldwetlandsday.org/es/ para tener la oportunidad de ganar un vuelo gratuito a un humedal en cualquier lugar del mundo.
