Si uno desea encontrar petróleo, entonces debe perforar en lo profundo del Ghawar, el mayor campo petrolífero del planeta: 8.400 kilómetros cuadrados de tierra apoyados sobre rocas que datan del Jurásico.
Para hallar a un goleador capaz de superar las marcas de Lionel Messi y de Cristiano Ronaldo, también. En Al-Hofuf, centro urbano ubicado al este del Ghawar, en Uthmaniyah, nació hace 31 años el hombre que encaminó a Arabia Saudita a su clasificación al Mundial después de 12 años de ausencia.
En sus tierras, Mohammed Al-Sahlawi cotiza en barriles de crudo. En las Eliminatorias sorprendió con 16 goles en 14 juegos. Igualó al polaco Robert Lewandowski y superó a Cristiano (14), a Edinson Cavani (10) y al La Pulga (7). Y promete ampliar su repertorio en Rusia. Pero, ¿cómo llegó a tanto? ¿Quién es este árabe que fue dirigido por Rikjaard? ¿Por qué ahora está siendo entrenado por Mourinho?
Mucho antes de su fantástica ronda clasificatoria y de que el Al-Nassr ponga 8.500.000 dólares por su ficha, Al-Sahlawi ya encandilaba con la camiseta de Al-Faysali mientras vivía una infancia dura: su papá murió cuando era chico, por lo que debió ser criado por su madre y hermanos.
El fútbol era su distracción. Pero no era un aficionado: tenía talento. Cuando cumplió 15 años su capacidad recibió su primer premio: lo contrató el Al-Ta'awoon, el club más grande de Hofuf. Allí atrajo la mirada de distintos scouters, aunque su familia se opuso a otra transferencia: la prioridad era completar los estudios secundarios.
Pero a la larga, Mohammed cumpliría sus sueños. En 2003 pasó a Al-Qadisiyah y en 2009 lo compró el Al-Nassr, donde milita actualmente -lo dirige Gustavo Quinteros, argentino ex coach de Ecuador- y con el que ganó tres títulos locales para conseguir dar otro gran paso: su selección.
Su estreno fue histórico. El 29/05/10, con 23 años, le tocó entrar a los 19' del segundo tiempo ante la España que un mes más tarde se consagraría campeona del Mundo. ¡Y le hizo pegar un susto bárbaro! Porque 11' después de entrar en lugar de Naif Hazazi, Al-Sahlawi convirtió el empate transitorio que sólo se rompería a segundos del final (el 3-2 lo marcó Llorente).
A partir de ahí, no paró. Hizo 26 goles en 33 partidos y ningún técnico se atrevió a discutirlo. Incluso el 14/11/12 se dio el lujo de enfrentar -y de marcar- a Messi en el 0-0, en un amistoso entre Arabia y Argentina, en Riyad.
En 2015, además, se convirtió en el primer jugador saudí en convertir más tantos en un año (18) y logró otra marca: meter goles en siete partidos consecutivos.
Todo quedó en segundo plano gracias al desfile de goles de las Eliminatorias: 2 a Palestina, 8 a Timor Oriental (3 de local, 5 de visitante), 2 a Malasia (uno en Riyad, el otro a domicilio), 2 en casa a Emiratos, uno a Tailandia y otro a Australia. En los primeros 7 partidos, había metido 14 goles.
Pero el Mundial es distinto y el grupo, bravo: a Arabia Saudita le tocará enfrentarse a Rusia en el encuentro inaugural, y luego se las verá ante Uruguay y Egipto.
Para eso necesita preparación. Sin embargo, el corte de la liga saudí lo complica para llegar con ritmo: su último partido fue el 12 de abril. Entonces la federación local le consiguió entrenarse por tres semanas con el Manchester United de José Mourinho.
La elección del equipo no fue al azar: el GSA (la asociación del deporte árabe) firmó un acuerdo estratégico con el club inglés para que éste colabore con la formación y el desarrollo de la industria del fútbol en el país árabe, pensando en una proyección mundialista exitosa en 2030.
La iniciativa cayó bárbaro para que Al-Sahlawi logre el roce necesario con cracks como Pogba, David De Gea, Romelu Lukaku o Jesse Lingard. ¿Si Mou lo contempla como fichaje? "Nada de eso", aclararon desde arabia. Sin embargo, todo suma para que el crack llegue bien.
El objetivo de la Arabia de Juan Antonio Pizzi es dar el salto a la segunda ronda de la Copa del Mundo después de 24 años. Como lo hizo en Estados Unidos 94, cuando su figura tenía siete añitos. Al Sahlawi podría dar -si Rusia pierde el sorteo- el primer pase de Rusia 2018. El puntapié inicial de su gran sueño: un gol en un Mundial.
