Por lluvias y deshielo hay agua en las lagunas

Los pobladores de ese paraje lavallino celebran porque los niveles actuales les permiten regar, dar de beber al ganado y atraer visitantes. Hacía más de 8 años que no las veían así.

Por lluvias y deshielo hay agua en las lagunas

Lorenza Videla y Juan Eudes Nievas comparten una charla matutina con mate de por medio en el jardín de Martín Videla. Lo llamativo de la escena es que a los tres, nacidos y criados en la localidad lavallina Lagunas del Rosario, no los acompaña el paisaje árido que caracteriza ese lugar, sino que detrás de ellos se puede ver una extenso espejo de agua.

Es que este año, las lluvias y la mayor cantidad de nevadas en cordillera permitieron que la laguna que le da nombre a ese paraje volviera a aparecer. Si bien dos veranos atrás se había juntado algo de agua, hacía por lo menos ocho años que no llegaba hasta esos mismos niveles.

Mientras los tres laguneros charlaban de las ventajas de tener el recurso disponible: poder regar, darle de beber a los chivos y atraer a los visitantes, Nanci Videla y su hija Sahira (esposa e hija de Martín) cruzaban alegremente el medio de la laguna con un bastón hecho con una rama para no resbalarse y caer por el barroso terreno. La sonrisa de ambas a pesar de mojarse la ropa es sólo un pequeño indicio de lo que significa para los pobladores la vuelta del agua.

“Hacía unos ocho años que no veíamos la laguna así, pero llena completamente no está desde hace más de 20 años cuando hicieron el dique Potrerillos”, relató Juan Eudes quien detalló que también tuvieron que ver los repetidos años de sequía.

Para él, no hay mejor regalo que la lluvia en el campo: “Todo se pone más lindo, las pasturas mejoran y los animales pueden tomar libremente”, comentó. El hombre se dedica a la cría de vacas y cabras, por lo que desde ya vislumbra una mejora en su situación. “Vivimos años muy bravos, pero ahora estamos mejorando y estamos muy esperanzados”, aseguró.

Al desempeñarse como agente sanitario de esa localidad, Martín ha podido recorrer el lugar y comprobar la reacción de todos los pobladores con la laguna llena. “La gente está muy feliz, los que viven al norte pensaban que no les iba a llegar el agua porque están como a unos cinco kilómetros, pero sí les llegó”, contó. Según su visión, el agua trae vida y eso se puede notar en el humor de quienes visita.

“Esperamos que dure así llena, ya que todavía están pronosticadas más lluvias”, deslizó el agente sanitario. Si se junta más agua en el lugar y el nivel sube aún más, él podrá utilizar una balsa que armó con cuatro tachos para cruzar la laguna. “La hice hace unos ocho años y no he vuelto a usarla porque todavía está muy pandito”, expuso el joven.

Acercándose a la orilla de la laguna, Lorenza explica que cuando vuelve el agua se va secando lentamente la vegetación que fue tomando el fondo de laguna como piquillín, jume, pájaro bobo, entre otros, y que lentamente va apareciendo la vegetación acuática. “Además vuelven las aves, patos, garzas y el otro día vimos un chajá”, destacó la mujer entusiasmada.

Ella es una de las partidarias de fomentar el turismo en la zona para lo cual es fundamental contar con el espejo de agua. “Pero además tenemos la capilla que es un monumento histórico nacional construido en el 1600”, remarcó. Si bien ella reconoce que todavía no están tan organizados como, por ejemplo, en La Asunción, para recibir a los visitantes tienen una pequeña oferta gastronómica, churrasquera y espacio para acampar. “Esperamos que las lagunas se llenen bien, así tenemos una motivación más para arrancar”, subrayó la mujer.

Uno de los inconvenientes actuales para llegar al lugar es el camino, ya que por las lluvias recomiendan acceder en camioneta, por lo menos hasta que se sequen algunos baches llenos de agua.

Más obras

Además las fuertes lluvias de enero y la mayor cantidad de aportes de agua de deshielo por el río Mendoza, que salió de la crisis hídrica, también influyó en la formación del espejo de agua algunas obras realizadas por el Departamento General de Irrigación (DGI). “Hemos trabajado encausando en el río Mendoza desde Costa de Araujo, también se realizaron trabajos en el arroyo Tulumaya y en este momento estamos con gente de la cuarta zona de riego limpiando los colectores, lo que nos va dar la posibilidad de que el agua de lluvia excedente vaya al lugar”, informó Mario Salomón, secretario de Gestión Hídrica del DGI.

Según adelantó, en febrero continuarán los caudales por el río hacia la zona porque viene la cosecha y los productores demandarán menos agua.

Afectados en el distrito de San José

Las lluvias que aportaron agua a las Lagunas del Rosario tuvieron como contracara fuertes tormentas que afectaron a los pobladores del distrito San José, ubicado a unos 25 kilómetros de Lagunas.

El fenómeno más dañino se produjo el sábado 23 de enero, noche en que estaba planeada la celebración de la fiesta vendimial de Lavalle, pero que tuvo que ser suspendida. El temporal de viento y granizo produjo daños en unas 30 casas, de las cuales 10 sufrieron consecuencias severas.

Esa misma noche, personal de la comuna trabajó relevando las consecuencias ocasionados y, durante el domingo posterior  se llegó con las primeras asistencias, acción que se prosiguió a lo largo de la semana. Durante ese lapso se entregaron diversos materiales de construcción, como cemento, áridos, ladrillos, hierros, nailon, palos y machimbre para que los afectados pudieran reconstruir sus viviendas.

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