Wanda Nara, desde su debutó como investigadora en “¿Quiés es la másccara?”, el ciclo conducido por Natalia Oreiro, no hace más que reafirmar que la moda es uno de los principales pilares de su carrera. Lejos de Mauro Icardi y en medio de rumores que la vinculan con L-Gante, su estilo permanece intacto y así lo demostró en el último programa.
Como usualmente ocurre, la empresaria, que ya anunció el lanzamiento de su marca deportiva, posó en el backstage y mostró una nueva apuesta de gala: se sumó a la tendencia del traje con un conjunto negro de saco oversized y pantalón holgado firmado por Fabián Zitta. Lo combinó con un top con transparencias y aberturas cut out con elásticos y brillos.
Además, Wanda lució un accesorio de lujo y esta vez se trató de un par de aros firmados por la casa española Balenciaga, una de sus favoritas. Se trata de un modelo con las dos letras “B” de la marca, en color dorado y adornados con strass. El valor es de 595 euros, aproximadamente unos 170 mil pesos argentinos.
Para completar el look, la empresaria eligió un beauty look glam y sofisticado: maquillaje en tonos neutros que se basó en sombras amarronadas, delineado, pestañas arqueadas, rubor y labios nude con gloss. El pelo lacio peinado prolijamente con raya al medio completó la apuesta.
Wanda Nara lució un vestido cut out jugadísimo de Fabián Zitta
Fabián Zitta, el prestigioso diseñador argentino, se convirtió en uno de los favoritos de Wanda Nara, que algunos días atrás ya la había vestido para uno de los programas. En esa oportunidad, también apostó al negro y a las aberturas cut out, pero en un jugado vestido con escote cuadrado, tela de red con brillos en el frente y recortes en los laterales.
La parte de abajo, en tanto, es una falda negra de terminación brillosa, ajustada al cuerpo y con un imponente tajo lateral al mejor estilo Angelina Jolie, un clásico que nunca pasa de moda y hoy está más vigente que nunca.
Sombras color plata en los ojos, delineado, mucho rubor y labios nude completaron el estilismo. El peinado, a cargo de su amigo Kennys Palacios, consistió en una apuesta descontracturada con ondas que aportó más audacia al look.
