Wanda Nara y Mauro Icardi, actual jugador del Galatasaray de Turquía hicieron un viaje romántico a las islas del Océano Indico para intentar superar la crisis de pareja y fortalecer su familia. Al parecer lo hicieron y gastaron un montón de dinero para tener una estadía de lujo.
Después de que el futbolista confirmara su pase al equipo turco, la empresaria viajó a Estambul para buscar un hogar y conseguir bancos en algún colegio para sus hijos: Valentino, Constantino y Benedicto, de su matrimonio con Maxi López, y sus niñas Francesca e Isabella Icardi.
Antes de viajar y cruzar casi el mundo, la blonda se encargó de hacer real la separación con el delantero. Durante su estadía en la Argentina estuvo muy cerquita de L-Gante y todas sus publicaciones eran de reproche a su ¿ex? pareja.
Wanda Nara comenzó un coqueteo con Elián Valenzuela, conocido por todos como L-Gante, quien participó de la producción fotográfica de su línea de ropa deportiva y la invitó a protagonizar el video de “El último romántico”, en el que ambos interpretaron escenas de alto voltaje.
“Estoy separada”, repetía Wanda una y otra vez. Sin embargo, en un vivo que realizó Mauro desde Instagram, negó que el matrimonio se hubiera terminado, asegurando que todo se resolvería cuando su todavía esposa regresara al hogar conyugal.
Wanda Nara y Mauro Icardi se reconciliaron en un hotel de lujo
Nora Colosimo está en la casa de Wanda cuidando de sus nietos para que la blonda y el futbolista se tomaran unos días de descanso y reavivaran su amor.
El destino elegido fue Islas Maldivas, un paraíso tropical del Océano Indico que se caracteriza por sus playas de arenas blancas y sus aguas azules.
Los indicios de la reconciliación los fueron publicando los mismos que se aman y pelean todo el tiempo. No subieron ninguna foto juntos pero sí mostraron las maravillas del resort que eligieron para hospedarse.
Se trata del One&Only Reethi Rah, un complejo ubicado en la isla norte de Malé, la capital de República de Maldivas, cuyas habitaciones cuentan con piscina privada y cuestan alrededor de un millón y medio de pesos, por cada noche.
El hotel está construido sobre pilotes, cuenta con amplias terrazas, hamacas suspendidas sobre el agua y una inmejorable vista hacia el mar.
Tiene una exclusiva propuesta gastronómica, con un restaurante de cocina japonesa contemporánea y otro de comidas típicas de Medio Oriente.
Además ofrece servicio de spa, hidromasaje al aire libre, salas de vapor y baño con jacuzzi para dos personas, ya que se promociona como el lugar ideal para disfrutar en pareja.