En el mundo actual no es difícil encontrar ciudadanos de cualquier parte del mundo recorriendo el pueblito más remoto o el paraje más escondido del planeta. La aldea global es una realidad para quienes tienen los recursos para viajar de un continente a otro y cosechar experiencias de todo tipo en distintas latitudes.
Esto es, a primera vista, lo que una pareja de extranjeros intentó llevar a cabo en Murcia, España, cuando arribaron a dicha región con la intención de recorrer y vivir las fiestas de los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz.
Allí, los visitantes se encontraban disfrutando del bullicio y del movimiento propios de la festividad popular cuando un periodista local se les acercó para entrevistarlos. El cronista no manejaba el inglés, por lo que la conversación entre ambas partes casi naufraga.
No obstante, una supuesta amiga española de los turistas intermedió para sacar adelante el diálogo y el resultado terminó siendo viral en las redes. Se trata de una anécdota que aconteció el pasado 2 de mayo, cuando el notero se aproximó a los extranjeros mediante la intermediación de una vecina que ofició de “traductora”.
El periodista quería saber qué era lo que opinaban de las fiestas declaradas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, cuando la acometida vecina se metió de prepo. Es que el comunicador saludó con un “Good morning”, pero la española lo corrigió al instante: “No… How are you?”
A partir de ese momento, el periodista redirigió las preguntas hacia la vecina del pueblo para que hiciera de traductora. “Vamos a hablar con nuestra amiga, que habla un poco de inglés”, sugirió el reportero, a lo que la española contestó “Yes, very well”.
La vecina los presentó como “sus” amigos de Inglaterra, aunque los visitantes aclararon “I’m from Sweeden”. “Pregúntales si han venido por las fiestas”, continuó el reportero, a lo que la traductora siguió: “You are welcome”, y todos respondieron “Yes, yes”.
El entrevistador le pidió a la señora local que les consultara en inglés qué les parecía la fiesta y, sin inmutarse, la ibérica formuló la interrogación en un nítido castellano: “¿Qué es parece esta fiesta internacional?”.
A partir de ese momento la comunicación fue un traspié seguido de otro y el trabajador de prensa optó por darle un cierre lo más digno posible al incómodo momento.