En Novocherkassk, Rusia, un erizo fue liberado de una situación peligrosa al ser descubierto deambulando por una calle con su cabeza atrapada en un vaso de helado sin poder salir por sus propios medios.
Sus rescatadores, un par de jóvenes que se encontraron con el animal, son Yuliya Gribova, de 25 años, y su amigo, Yura.
Yuliya fue quien filmó el momento en que ella y Yura se acercaron al erizo con la intención de liberarlo.
Cuando se acercaron al erizo, Yura agarró el vaso y, de un tirón, logró liberar al animal de su trampa mortal. Tras la liberación, el erizo se quedó quieto, asustado, antes de salir corriendo.