Las personas que sufren Alzheimer llegan a olvidar prácticamente todo: sus experiencias, a su familia, incluso quienes son. Pero en algunas ocasiones la claridad vuelve a sus mentes y pueden disfrutar de pequeños momentos en los que recuerdan algún momento importante de sus vidas. Eso es lo que le ocurrió a Marta C. González, una exbailarina de ballet, al escuchar la música de El lago de los cisnes.
En un emotivo vídeo que ya corre por las redes sociales, se ve a Marta, ya anciana, sentada en una silla de ruedas con unos auriculares puestos. En cuanto la música de Tchaikovsky empieza a sonar ella pide que suban el volumen y de manera casi involuntaria, empieza a realizar con su mano los gestos del baile que tantas veces repitió cuando realizó esa función como primera bailarina del ballet en Nueva York en 1967.
Rápidamente se emociona, pero de nuevo no puede evitar hacer la coreografía, dentro de lo que su cuerpo la permite. En unos segundos Marta cambia completamente. Se yergue sobre la silla de ruedas, levanta la mirada y se muestra centrada, feliz y conmovida mientras recuerda esos pasos de baile a los que dedicó gran parte de su vida.
El vídeo, grabado en 2019 en la Residencia Muro de Alcoy (Valencia) y subido a las redes sociales por la Asociación Música para Despertar, alterna secuencias que muestran a Marta de joven interpretando el mismo ballet. Cuando paran la música Marta, casi entre lágrimas, bromea y afirma que “hay que coger las puntas”.
Después sigue escuchando y comienza a describir cómo seguía el ballet: “Esto es el coro. Esto es más piernas, son 50 del coro”, asegura mientras mueve sus manos al ritmo de la música. Una vez termina, la que fuera primera bailarina se apoya de nuevo en el respaldo de la silla, exhausta por la avalancha de emociones que le han vuelto a la mente.
Este pequeño homenaje a Marta, ya fallecida, es una muestra del poder de la música en las personas con Alzheimer. Música para Despertar, una asociación sin ánimo de lucro fundada en España pero que ha llegado a multitud de países, busca ayudar a los pacientes de Alzheimer a recuperar recuerdos y emociones a través de la música ya que, según reza su página web, “entre las últimas áreas en desaparecer en el cerebro herido por el Alzheimer están las encargadas de la memoria musical y la capacidad de sentir emociones”.
Tal y como demuestra Marta al escuchar El lago de los cisnes, “los efectos hacen ‘despertar’ a la persona momentáneamente. Parece que por instantes vuelve el movimiento coordinado, vuelven emociones intensas, vuelve un lenguaje más coherente, vuelven recuerdos de toda una vida, y lo más importante, vuelve el sentimiento de autonomía. Disfrutan de ese momento, su momento, aunque ya su vida tenga una dirección fija y difícil”.