Nicholas Gray, su hermano y su tío se encontraban pescando frente a la costa de Seward, Alaska, cuando se llevaron una aterradora sorpresa.
El grupo había salido a pescar en busca del salmón perfecto, pero, en su lugar, terminaron pescando un tiburón salmón que no se lo puso nada fácil.
En un primer momento pensaron que el depredador de gran tamaño había sido atraído por el brillo del anzuelo, que normalmente atrae a los arenques.
Otra de las posibilidades que se barajan es que el escualo se comiera el pez que había picado el anzuelo justo cuando el grupo recogía el anzuelo.