En el norte de Neuquén es tiempo de arreos hacia las tierras de veranada. Durante estos días los crianceros dejan los puestos de invernada y las pariciones para partir rumbo a las zonas altas de pasturas y agua de deshielo. Este noble oficio, que se transmite de generación en generación, regala imágenes que sorprenden a los turistas.
Tal fue el caso de Martín Muñoz, el cual, hace una semana atrás, registró la travesía de un grupo de arrieros. En las imágenes que tomó se puede observar a varios caballos intentando cruzar el río Varvarco. Los más grandes y fuertes lograron hacerlo sin problemas. Sin embargo, una de las crías se desprendió del grupo y fue arrastrada por la fuerte corriente. Pese a que intentó volver y daba saltitos como para recuperar terreno, no hubo caso: el agua se la llevó. Entonces, la madre fue al rescate.
La yegua llamada Laguna fue a su encuentro hasta que la potranquita Chancleta quedó a salvo en la misma orilla de la que había partido, aunque unos 20 metros río abajo. Enseguida, la madre se puso adelante como cubriéndola y así cruzaron el Varvarco, detalla el diario Río Negro.
Y aunque otra vez el agua los arrastró varios metros, lograron llegar a la otra margen, custodiados además por otro caballo, mientras los demás los miraban desde la orilla. También se puede apreciar en el video como ladraba Carbonero, el perrito chivero que ayuda en los arreos, que también fue arrastrado pero logró cruzar.
Habían salido desde el paraje Las Ramadillas (a 15 km de Varvarco) por la ruta 43 para llegar 60 km y dos días después a La Pólvora, en Los Cerrilos, ya cerca del límite con Mendoza.
“Pasaron todos: los caballos, las vacas, los potrillos, los terneros. A veces en estos cruces los crianceros pierden animales, por suerte esta vez cruzaron todos”, dice Martín.
