El amor puede estar a la vuelta de la esquina o, quizás, en la otra esquina. Tal vez no sea cuestión de días o meses, pero quizás la ‘media naranja’ aparecerá en algún momento.
Sin embargo, para las personas ansiosas o que no son amigas de las espera una solución fácil a la búsqueda de pareja puede ser la que encontró la inglesa Sarah Wilkinson, quien decidió casarse consigo misma.
La mujer de 42 años decidió llevarse al altar a sí misma en una boda muy particular, por lo cual no tuvo que esperar a la aparición del príncipe azul en las puertas del templo. Muy por el contrario, al evento invitó a 40 personas y se dio el gusto de lucir el tradicional vestido de novia blanco. Además, contó con su ramo de flores moradas, sus damas de honor y su propia mamá la llevó hasta el altar.
“Fue todo lo que esperaba. Fue tan maravilloso y no extrañé en absoluto tener a un hombre a mi lado”, compartió en una entrevista que tuvo con el medio The Sun.
La frutilla del postre del evento fue la torta del casamiento: en vez de contar con el adorno de la clásica pareja constituida por dos personas, en este caso la decoración se basó en una novia que besaba a un sapo.
Los fracasos amorosos de la mujer que se casó con ella misma
Más allá de lo curioso de la noticia, la historia afectiva de Sarah está atravesada por múltiples fracasos amorosos. Los constantes desamores, la falta de honestidad en los vínculos y la inexistencia de la famosa ‘conexión’ entre dos personas la llevaron a optar por comprometerse solo con ella.
“Nadie parecía ser quien decía ser. Un chico dijo que tenía 35 años y cuando lo desafié admitió que tenía 17 años pero que le gustaban mayores. Fue un cumplido, pero le dije que no”, detalló al rememorar uno de sus fracasos.
Entre las frustraciones que enumeró la mujer, una destaca sobre las demás: la de formar familia. Sarah contó que ese fue uno de sus anhelos, pero conforme pasaban los años se dio cuenta que no iba a suceder pronto y posiblemente jamás llegaría el momento.
“Pertenezco a una generación de mujeres que siempre pensaron que se casarían. Cuando tenía 15 años estaba convencida de que tendría gemelos y trillizas y una casa grande con una cerca blanca, pero a medida que pasó el tiempo me di cuenta de que tal vez no sucedería, así que pensé: ‘¿Por qué no casarme conmigo misma?”, cerró.