Una influencer presume con orgullo su bigote en las redes sociales para derribar los estándares de belleza clásica. Las imágenes de la joven con el bozo sin depilar han revolucionado el universo virtual.
Al ver los bellos sobre la boca de la joven muchos sugirieron que usara alguno de los cientos de filtros que existen en Instagram o en TikTok para ocultar el pelo pero Joanna Kenny se negó a hacerlo.
“Se está volviendo frecuente que la gente desee obtener esa piel perfecta que muestran los filtros en las redes sociales”, explicó Kenny.
“Esa perspectiva distorsionada de cómo debería lucir la piel lo único que hace es crear un estándar absurdo de skincare. Mi responsabilidad es repensar esas expectativas y enseñarles que los poro son reales y no fallas”, agregó.
Kenny además es una defensora del Body Positivity y anima a sus seguidores a aceptar sus cuerpos y a abrazar la diversidad. En sus posteos hace referencia a situaciones diarias a las que las mujeres se enfrentan para lucir como la industria de la moda exige.
“He conservado estos jeans durante cinco años. Y durante cinco años he abierto el armario todos los días para enfrentarme a ellos. Un recordatorio de que soy más grande y que no he podido encogerme al tamaño que alguna vez tuve”, confió en uno de sus posteos donde se la puede ver “luchando” con un pantalón de jeans.
Filtros prohibidos
En julio de este años el Ministerio Noruego de Infancia e Igualdad decidieron aprobó una ley que prohibirá a todos los ‘influencers’ y a los anunciantes publicar imágenes retocadas, con la finalidad de luchar contra la publicidad engañosa y los ideales de belleza irreales que se venden en las redes sociales y en otros espacios publicitarios.
En Reino Unido la Advertising Standards Authority (ASA), el organismo de autocontrol publicitario británico, se ha plantado prohibió los filtros “engañosos” a los influencers patrocinados o no por una marca cosmética, siempre que esa marca pueda sacar beneficio de esa ‘publicidad engañosa’ por ejemplo, reposteándolo.