La historia de Argentina y Corea
La inmigración coreana en Argentina comenzó en la década de 1960, cuando las primeras familias llegaron al país en busca de mejores oportunidades económicas. En 1965, comenzó la entrada de inmigrantes coreanos, marcando el inicio de una comunidad que ha crecido y se ha consolidado con el tiempo.
En un video de TikTok, una familia de origen coreano celebra el Día del Padre con una parrillada a puro estilo argentino. El padre, orgulloso, muestra su parrilla y explica el método de cocción que elige para asar la carne, detallando cómo prefiere el fuego y la preparación.
Lo curioso del video es escuchar a las hijas hablando en inglés y español con un marcado acento rioplatense, lo que mostraba su plena adaptación a la cultura argentina. La escena no solo muestra una celebración familiar, sino también una maravillosa fusión de culturas que enriquece su experiencia y fortalece sus lazos familiares.
Los inmigrantes coreanos inicialmente se establecieron en Buenos Aires, especialmente en los barrios de Flores y Once. Al principio, enfrentaron desafíos enormes, incluyendo barreras lingüísticas y culturales, además de dificultades económicas. Sin embargo, con el tiempo, lograron adaptarse y prosperar.
Hoy en día, se estima que hay alrededor de 25,000 personas de origen coreano en Argentina, incluyendo inmigrantes de primera generación y sus descendientes. Esta comunidad ha dejado una marca significativa en la economía y la cultura del país.
Los coreanos en Argentina han desempeñado un papel importante en varios sectores de la economía. Uno de los rubros más destacados es el textil. Muchos inmigrantes coreanos comenzaron con pequeños talleres de confección y tiendas de ropa, y con el tiempo, expandieron sus negocios.
Actualmente, controlan una porción considerable del mercado de la moda y la confección en Buenos Aires. Además del sector textil, los coreanos también han incursionado en la gastronomía. En Buenos Aires, especialmente en los barrios de Flores y Once, se pueden encontrar numerosos restaurantes y supermercados coreanos, ofreciendo una variedad de productos y platos típicos de Corea, como el kimchi.
Estos establecimientos no solo atienden a la comunidad coreana, sino que también han ganado popularidad entre los argentinos, contribuyendo a la diversidad culinaria de la ciudad.
La comunidad coreana en Argentina también ha fomentado la educación y la preservación de su cultura. Existen varias escuelas y centros culturales donde se enseña el idioma coreano y se celebran festividades tradicionales. Además, la iglesia ha jugado un papel central en la vida de muchos coreanos en Argentina, proporcionando un espacio de reunión y apoyo comunitario.
