Visiblemente nervioso, Jeremías Fijo, tal como se presenta en sus redes y sus shows, habló al final de su presentación en Dean Funes, Córdoba. No era un lugar fácil. De allí es toda su familia y tras el conflicto con su papá y su hermana, él no sabía cómo iba a reaccionar la gente. Todo salió bien y cómo él mismo dijo: “En estas fiestas multitudinarias me siente Paulo Londra”.
Recapitulemos. Todo el conflicto empezó con un desafortunado posteo de Piñón Fijo con una foto de su nieta en el que expresaba cuánto extrañaba a la pequeña Luna, hija de Sol. Todos los medios comenzaron con especulaciones sobre lo que pasaba en la familia Fijo y por qué Sol le negaba a Piñón la posibilidad de ver a su nieta. Los días pasaron y como Piñón no salió a aclarar las cosas, salieron Sol y Jere con los tapones de punta.
En un posteo letal, la hija de Piñón habló de maltratos y su hermano acompañó el mensaje. Piñón tuvo que salir a hablar pero no como el payaso que todos conocemos, sino como Fabián Gómez. Bajó el tono de la discusión, pero el daño estaba hecho. Piñón perdió varios trabajos debido a cancelaciones en medio de la tormenta.
En ese marco, muchos, y entre ellos Marcelo Polino, cuestionaron el trabajo de los hijos de Piñón. El periodista los acusó de “vividores”. Lo cierto es que los hijos del payaso tienen sus profesiones. Sol estudió Relaciones Públicas y Jere, cine y televisión, sin embargo, ambos jóvenes adoptaron los colores primarios del traje de su papá y cada uno por su lado comenzó una carrera en la industria del entretenimiento infantil.
Sol, junto a su marido que supo ser el abogado de Piñón, montaron una productora y financian con fondos propios los shows de la artista.
Jeremías, de una manera más austera, se dedica a animar fiestas y cumples infantiles.