Si sos fan del chocolate blanco y las galletas Oreo, esta torta es para vos. Además de ser muy fácil de preparar, no necesitás horno, ideal para los días calurosos o cuando tenés poco tiempo.
Con pocos ingredientes y un poco de paciencia para que enfríe, podés lograr una torta que, con su combinación de blanco y negro, resulta un éxito asegurado para cualquier reunión o festejo.
Ingredientes
Para la base:
- Galletas Oreo: 200 g
- Manteca: 100 g
Para el relleno:
- Nata para montar (crema de leche): 500 ml
- Leche condensada: 3 cucharadas
- Leche: 400 ml
- Gelatina sin sabor: 2 sobres
- Chocolate blanco: 150 g
- Galletas Oreo (para decorar)
Preparación paso a paso
- Hacer la base: Triturá las galletas Oreo junto con la manteca derretida hasta que se forme una mezcla terrosa y homogénea, tipo “crumble”. Colocá esta mezcla en la base de un molde desmontable de unos 20 cm y presioná bien con las manos o un vaso para que quede compacta. Después, llevá el molde a la heladera o al freezer mientras preparás el relleno.
- Preparar el relleno: En una olla, calentá a fuego bajo la nata (crema de leche), la leche, la leche condensada y el chocolate blanco en trozos. Revolvé constantemente hasta que el chocolate se derrita por completo. En paralelo, prepará la gelatina sin sabor según las instrucciones del paquete (normalmente disolviéndola en un poco de agua fría y luego calentándola ligeramente). Añadí la gelatina al resto de los ingredientes en la olla y mezclá bien.
- Montaje y refrigeración: Verté la mezcla de chocolate blanco y gelatina sobre la base de galletas Oreo que preparaste antes. Hacelo despacio para evitar que se mezclen las capas. Llevá la torta a la heladera y dejala reposar al menos seis horas, o preferentemente toda la noche.
- Decoración final: Una vez que la torta esté bien firme, podés desmoldarla y decorarla. Triturá algunas galletas Oreo para espolvorearlas en la superficie y colocá algunas galletas enteras alrededor para darle un toque extra.