En el mundo de las recetas dulces, pocas cosas generan tanto amor como una tarta de manzana bien hecha. Esta versión, con hojaldre y solo cinco ingredientes básicos, se convirtió en un clásico que nunca falla. Ideal para acompañar un café, una comida de domingo o como postre después del asado.
Opcionales: una cucharadita de canela en polvo o un poco de ralladura de limón.
Lavalas bien, pelalas si querés (aunque con cáscara también queda rica), sacales el corazón y cortalas en gajos finos. Reservalas.
2. Precalentá el horno
Prendé el horno a 180°C (moderado) con calor arriba y abajo, así se va calentando mientras armás la tarta.
3. Estirá la masa
Poné una hoja de papel manteca o un poco de aceite en una bandeja para horno y estirá la masa de hojaldre. Si viene rectangular, mejor: más fácil para cortar después.
4. Acomodá las manzanas
Distribuí los gajos de manzana sobre la masa, uno al lado del otro, en filas o en forma de espiral. No hace falta dejar mucho espacio entre ellos.
5. Sumá la manteca y el azúcar
Cortá la manteca en cubitos pequeños y repartilos por encima de la fruta. Después espolvoreá con el azúcar. Si querés, agregá un toque de canela o ralladura de limón para darle más onda.
6. Al horno
Llevá la tarta al horno por 25 a 30 minutos, hasta que el hojaldre esté doradito y crocante, y las manzanas bien cocidas.
7. Pincel final con mermelada
Mientras la tarta se enfría un poco, calentá la mermelada (en el microondas o al fuego) para que quede más líquida. Con un pincel o cuchara, pintá toda la superficie de la tarta para que tenga ese brillo irresistible.
Tips finales
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Si te sobró, guardala en la heladera y calentala unos segundos antes de servir.
Queda genial con un poco de crema batida, una bocha de helado de vainilla o sola, con un mate o café con leche.
Podés hacerla también en moldes individuales y queda tipo tartita de panadería.