Si sos amante de los postres cremosos y dulces, esta receta de tarta de queso con caramelo es todo lo que necesitas para sorprender a tu familia y amigos.
Con una base de queso suave y un toque de caramelo, es el postre perfecto para cualquier ocasión especial o para darte un capricho en cualquier momento.
Ingredientes
- 500 g de nata para montar
- 500 g de queso cremoso
- 500 g de leche entera
- 250 g de azúcar
- 2 sobres de cuajada
- Caramelo líquido (al gusto)
Preparación
Paso 1: Preparación de los ingredientes
Lo primero es pesar y tener todos los ingredientes listos. Asegúrate de que la nata, la leche y el queso cremoso estén a temperatura ambiente, lo que ayudará a que la mezcla se integre mejor.
Paso 2: Mezcla de queso
En una cacerola, mezclá el queso cremoso, el azúcar, la nata y la leche. No es necesario que los ingredientes estén fríos, podés utilizar lo que tengas disponible.
Añade los sobres de cuajada, los cuales son fundamentales para que la tarta adquiera la textura perfecta.
Es importante que los ingredientes estén bien integrados, por lo que debes mezclar constantemente con unas varillas hasta que todo esté bien combinado.
Una vez que la mezcla esté casi a punto de hervir, retírala del fuego y aseguraté de que no se pegue al fondo de la cacerola.
Paso 3: Caramelizar el molde
Para que la tarta tenga ese toque dulce y brillante en la base, debes caramelizar el molde. Vierte el caramelo líquido en el fondo y mueve el molde para que se cubran bien las paredes y la base. Este paso es clave para que el caramelo se adhiera perfectamente cuando la tarta se desmolde.
Paso 4: Verter la mezcla y enfriar
Cuando la mezcla de queso esté lista, vierte cuidadosamente en el molde caramelizado. Aseguraté de que la mezcla quede bien distribuida por todo el molde. Luego, cubre el molde con film transparente y deja reposar en la heladera durante 4 a 5 horas. Si tenés tiempo, lo ideal es dejarla reposar de un día para otro para que quede aún más firme.
Paso 5: Desmoldar y servir
Una vez que la tarta haya cuajado, es hora de desmoldar. Para hacerlo, pasa un cuchillo por los bordes del molde y, con cuidado, voltea la tarta sobre una bandeja.
Retira el molde y verás cómo el caramelo se desliza y se convierte en una capa brillante sobre la tarta.
Este postre se disfruta mejor frío, pero también puedes dejarlo a temperatura ambiente si lo prefieres. Si sobra, no dudes en guardarlo en la nevera para disfrutarlo al día siguiente.