Con el calor de la primavera en Argentina, no hay nada mejor que un postre refrescante y fácil de preparar.
La tarta de limón con leche condensada se ha convertido en una de las favoritas, gracias a su combinación de suavidad y acidez, ideal para las reuniones al aire libre o los almuerzos en familia.
Ingredientes:
- 370 g de leche condensada
- 200 ml de nata para montar
- 200 ml de leche
- 150 ml de zumo de limón fresco
- 175 g de galletas tipo María (unas 28 unidades)
Preparación paso a paso:
- Preparar el molde:
Utiliza un molde de aro desmoldable de 20 cm de diámetro. Coloca el aro en el plato donde servirás la tarta (sin la base del molde) y fórralo con papel de horno para facilitar el desmolde. Puedes envolver el exterior del molde con papel film para evitar derrames. - Preparar la crema de limón:
En un bol grande, vierte la leche condensada, la leche y la nata para montar. Bate suavemente con unas varillas manuales hasta integrar los ingredientes.
Agrega poco a poco el zumo de limón mientras continúas mezclando con las varillas. La acidez del limón hará que la mezcla espese gradualmente, dándole una textura cremosa y consistente.
- Armar las capas de la tarta:
Coloca una primera capa de galletas en el fondo del molde (aproximadamente 7 galletas). Luego, vierte una porción de la crema de limón sobre las galletas y extiéndela de manera uniforme.
Repite este proceso para formar cuatro capas, alternando galletas y crema. Finaliza con una capa de crema en la superficie para un acabado suave. - Refrigerar:
Lleva la tarta a la heladera y refrigera por un mínimo de 6 horas, aunque es ideal dejarla toda la noche para que adquiera la textura perfecta y los sabores se intensifiquen. - Servir:
Una vez que la tarta esté bien fría y firme, retira el aro con cuidado y decora la superficie con ralladura de limón o rodajas finas, si lo deseas.