La televisión argentina está en búsqueda permanente de realities shows que le den al televidente algo diferente para ver, no importa si los participantes son famosos o personas desconocidas, el simple hecho de cambiar de formato parece que da resultado en el rating.
Lo vemos con el éxito de “El hotel de los famosos”, “La voz argentina”, “Masterchef” y otros ciclos. Pero sin dudas, el programa que marcó un antes y un después fue “Gran hermano”, el primer reality que se vio en el país y del que todavía recordamos algunos de sus participantes, como Tamara Paganini, por ejemplo.
La blonda resultó finalista y se quedó hasta el último momento en el encierro junto a Marcelo Corazza, quien resultó el gran ganador del juego. Pero al atravesar la puerta de salida al exterior, el shock de las cámaras y la popularidad fue tal que no todo fue color de rosas.
Paganini batalló con muchas sombras hasta que decidió correrse por completo del ambiente y empezar una nueva vida. De toda su experiencia fue a hablar a “LAM” y allí recordó lo mal que la pasó.
“En ese momento no había ni siquiera teléfono con cámara, yo estaba aprendiendo lo que era un mail, no había información”, recuerda la mujer que en el 2001 fue a un casting y quedó seleccionada. “No esperábamos ni locos todo lo que nos pasó”, sumó.
Los recuerdos de Gran Hermano y el presente de Tamara Paganini
En aquellos años el mundo no era el de hoy y por eso fue en sensacionalismo que despertó “Gran hermano”. “No podía entender que la gente me corriera por la calle, que tuvieran una remera con mi cara”, admitió y compartió una cruda situación: “La gente te ama o te odia, pero en ese momento el hater te escupía literalmente en la calle. Me pasaba de ir caminando con mi novio y que dos pibas de 20 años se me pararan enfrente y me dijeran ‘puta de mierda’”.
Tamara reveló que salía disfrazada a la calle con vestimenta de hombre y que hasta caminaba “a lo chabón” para que no la reconociera porque, por momentos, la gente se salía de control: “He salido de boliches con partes íntimas lastimadas, un pezón, me han roto la ropa...”.
En el momento en que todo se volvió más oscuro y difícil para ella decidió mudarse a Córdoba para escapar del estrellato pero no resultó como ella pensaba. “Pensé que irme de los medios con tanta gente que quiere ser famosa iba a ser más fácil, pero me convertí en figurita difícil y me buscaban un montón”.
Pero la crisis económica de aquellos tiempos la afectó y tuvo que volver al medio: “No tenía para comer. Entonces hacía una foto en Paparazzi y me llamaban de boliches”.
Hoy Tamara Paganini tiene una vida encauzada por fuera de los medios de comunicación, regresa cada tanto pero con el escándalo muy lejos de sus narices. Hace 8 años que trabaja en un laboratorio de alta complejidad y está en pareja desde hace una década.
“Recién ahora estoy sanando. Me llevó 20 años y todo este tiempo de terapia en terapia”, admitió en la nota que le dio a Ángel de Brito y su grupo de panelistas.