El colchón es de los objetos más elegidos al momento de descansar en el hogar. Constantemente se utiliza por muchas personas para descansar, ya sea por algunos minutos o por toda una noche. El uso diario, provocará que se acumule suciedad y pierda el color.
El origen del colchón se remonta a la prehistoria. En la antigüedad, los individuos comenzaron a elaborar sus colchones con distintos materiales como la lana, paja y las hojas de los árboles. Actualmente, son muchos más cómodos y están hechos de componentes muchos más cómodos y accesibles.
Por lo general, se considera que la vida útil de un colchón de calidad suele ser de 8 a 10 años. Todo dependerá de los fabricantes y de los materiales empleados. Además, de cuanto sea utilizado diariamente por las personas.
Cómo limpiar tu colchón y con qué frecuencia
Según los expertos, lo recomendable es limpiar el colchón cada seis meses, coincidiendo con el cambio de temporada. Cada cierto tiempo, se aconseja darlo vuelva para extender la utilidad de la misma y usarlo del lado que no esté hundido.
Para sacar las manchas más visibles del colchón, lo primero que hay que hacer es mezclar medio litro de agua fría y tres cucharadas de detergente líquido. Mezclaremos bien hasta conseguir una espuma perfecta. Luego, esta misma la colocaremos sobre la zona donde se encuentre la mancha y la esparciremos.
Posteriormente, se debe frotar con movimientos circulares hasta notar que la mancha haya desapareciendo. Es importante evitar mojar mucho el colchón. Por eso, se debe usar solamente la espuma y luego, con un trapo seco, retirarlo.
Si después de este proceso se nota con humedad, se aconseja utilizar un secador de pelo o exponer el objeto al sol para que rápidamente se sequen las zonas y así evitar que los hongos se apoderen de nuestro colchón.
Para mantener la limpieza del colchón, se recomienda lavar las sábanas semanalmente y ventilar la habitación al menos 5 minutos antes de hacer la cama.
Sumado a esto, es bueno tambíen, sacudir bien almohadas y sábanas. Por último, establecer una rutina de limpieza a fondo del colchón dos veces al año mínimo. Esto provocará que tu cama esté libre de ácaros, bacterias y restos orgánicos.