La Selección Argentina ha contado con una rica historia de arqueros que han dejado su huella en el fútbol mundial.
A través de la Inteligencia Artificial, se han evaluado los logros y habilidades de varios de ellos, y aquí te presentamos a los tres mejores según su impacto en la albiceleste.
1. Emiliano “Dibu” Martínez
Inició su camino con el equipo sub-17 en 2009, destacando en el Sudamericano y en el Mundial Juvenil de ese mismo año. Sin embargo, su verdadero ascenso llegó en 2021, cuando debutó oficialmente con la selección mayor durante las Eliminatorias para el Mundial 2022.
En la Copa América 2021 y 2024, Martínez fue fundamental para que Argentina se alzara con los títulos. Su actuación en la semifinal contra Colombia en 2021, donde atajó tres penales, fue crucial para la victoria.
Además, en la final contra Brasil, mantuvo su arco en cero, asegurando el título y llevándose el Guante de Oro como mejor arquero del torneo.
Durante el Mundial de 2022 en Qatar, Martínez volvió a brillar. En los cuartos de final, detuvo dos penales frente a Países Bajos y en la final contra Francia, fue decisivo al atajar un penal en la tanda que llevó a Argentina a la gloria. Su desempeño le valió el Guante de Oro y el reconocimiento como uno de los mejores arqueros del mundo.
2. Ubaldo “Pato” Fillol
Tras su debut en 1974, tuvo su gran momento en el Mundial de 1978, donde Argentina se consagró campeón por primera vez. Fillol fue una pieza fundamental en ese equipo, destacándose por su seguridad bajo los tres palos y por atajar un penal clave contra Polonia. Además, fue reconocido como el mejor arquero del torneo.
Entre 1974 y 1985, Fillol defendió la camiseta albiceleste en 58 partidos, participando en dos Copas del Mundo.
3. Nery Pumpido
Nery Pumpido tuvo un rol destacado en la Copa Mundial de 1986, donde Argentina se coronó campeona bajo la dirección de Carlos Bilardo.
Inicialmente considerado como el segundo arquero detrás de Fillol, Pumpido se ganó la titularidad para el Mundial en México. A lo largo de los siete partidos del torneo, recibió solo cinco goles, contribuyendo significativamente a la obtención del segundo título mundial para Argentina.
Aunque Pumpido enfrentó desafíos, como una fractura en su antebrazo que lo dejó fuera de la Copa América 1987 y una lesión en Italia 1990, su aporte a la selección argentina es indiscutible.