La historia del fútbol argentino está repleta de figuras que han dejado una huella imborrable, y el puesto de arquero no es la excepción.
A lo largo de los años, Argentina ha producido algunos de los mejores arqueros del mundo, y en un ejercicio realizado por inteligencia artificial, se ha determinado quiénes son los tres más destacados de todos los tiempos.
Emiliano “Dibu” Martínez
Con tan solo 31 años, Emiliano Martínez ya se ha ganado un lugar en la historia grande del fútbol argentino. Su actuación en la Copa América 2021 y 2024, donde fue clave para derrotar a Brasil y a Colombia en las finales, y su heroica participación en el Mundial de Catar 2022, donde Argentina se consagró campeona, lo elevaron al estatus de leyenda.
Fue galardonado con el premio The Best FIFA al mejor arquero del mundo en 2022 y recibió el Guante de Oro en Catar, consolidándose como el primer arquero argentino en recibir estos prestigiosos premios.
Ubaldo “Pato” Fillol
Otro nombre que no puede faltar en ninguna lista de los mejores arqueros argentinos es el de Ubaldo Matildo Fillol.
Su carrera en clubes como River Plate y Racing Club fue brillante, pero su mayor hazaña la logró con la selección argentina en el Mundial de 1978.
Fillol fue una pieza clave en la obtención del primer título mundial de Argentina, destacándose por su agilidad, reflejos y una impresionante capacidad de reacción.
A lo largo de su carrera, se ganó la admiración y el respeto de todo el mundo del fútbol, siendo considerado uno de los mejores porteros no solo en Argentina, sino a nivel global.
Amadeo Carrizo
Cerrando esta selecta lista, encontramos a Amadeo Carrizo, una verdadera leyenda del arco argentino. Amadeo, quien dedicó la mayor parte de su carrera a River Plate, es considerado un pionero en su posición.
Carrizo revolucionó el puesto de arquero en una época en la que las tácticas y estrategias eran muy diferentes a las actuales.
Fue uno de los primeros en jugar fuera de su área, salir a cortar centros y participar activamente en el juego de su equipo, algo que hoy es habitual, pero que en su tiempo fue visto como revolucionario.