Este miércoles no fue un miércoles más. Por una medida de fuerza del sindicatos de trabajadores de la televisión, la gala de nominación pasó para el jueves, pero Gran Hermano aprovechó para hacer un interesante desafío.
La propuesta consistía en que cada participante tenía que sacar una tarjeta que contenía el nombre de otro de los jugadores e imitarlo. Una especie de “dígalo con mímica, pero de personas”. El resto de la casa tenía que adivinar a quién estaba imitando y el imitador después tenía que dar atributos positivos y remarcar algún defecto.
En la bolsa con los nombres estaban los de ex participantes. A pesar de que Santiago les dijo que no tenían que hacerlos, Alfa se animó e imitó a Coti, Holder y Juan Reverdito.
Cuando le tocó sacar de verdad, tuvo que imitar nada más y nada menos que a Julieta. Con sus poses típicas y algunas frases características, fue fácil adivinar de quién se trataba.
“Me haces quedar mal, Alfa”, le dijo Juli al ver las imitaciones graciosas de Walter. Pero él se redimió al hablar de ella y destacar que la quiere como a una hija. “Julieta es muy sincera y muy ingenua, tiene un corazón muy grande, y el defecto... no tiene, de verdad que para mí no tiene”, aseguró Alfa sobre la participante.
A Camila le tocó imitar a Romina y fue rápidamente descubierta por señalar algo característico de la participante: su obsesión por la limpieza y el orden fue la gran temática. “Una virtud de Romina es que es muy madre, nos cuida mucho, y un defecto sería que cuando se enoja Romi hay que tenerle miedo”, aseguró Camila.
Marcos tuvo la fácil tarea de imitar a Agustín y causó risas entre sus compañeros. Lo que no causó mucha gracia, por lo menos a Alfa, la imitación que hizo Ariel de él. Justo al participante con el que menos se lleva, le tocó su nombre y fue un momento por demás incómodo.
El desafío no quedó ahí y después de que terminó el cruce con Del Moro, siguieron preguntándose entre ellos cómo los veían.