Santoral de hoy, 23 de septiembre: La iglesia celebra al Padre Pio, el monje que confesó al diablo

La iglesia hoy estableció la festividad del monje de Pietrelcina; fraile de la Orden de los Capuchinos que dedicó su vida a la oración y al sacramento de la confesión, enfrentó experiencias místicas con el mal y fundó un hospital para aliviar el sufrimiento de los más necesitados.

Santoral de hoy, 23 de septiembre: La iglesia celebra al Padre Pio, el monje que confesó al diablo
El Padre Pío sigue siendo una figura de gran devoción en todo el mundo, no solo por los hechos extraordinarios que marcaron su vida, sino también por su profunda espiritualidad y su compromiso con el prójimo.

El Padre Pío de Pietrelcina, fraile capuchino nacido en Italia, se destacó por una vida marcada por el servicio religioso, las experiencias místicas y el sufrimiento físico. Desde una edad temprana, manifestó una vocación espiritual que lo llevó a ingresar al noviciado de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos a los 16 años, adoptando el nombre de Fray Pío. A lo largo de su vida, fue conocido por su intensa dedicación a la oración y al sacramento de la confesión, acciones que describía como fundamentales en su labor pastoral.

Uno de los episodios más notorios relacionados con su vida está vinculado a su lucha constante contra el mal, representado en ocasiones por la figura del diablo. Según testimonios recogidos en diversas fuentes, el Padre Pío se enfrentó a manifestaciones del maligno en más de una ocasión. En uno de esos episodios, relató que mientras escuchaba confesiones, un hombre alto y bien vestido se acercó para confesar pecados que iban en contra de la moral y de los principios de la fe cristiana.

Durante la conversación, el penitente justificaba sus acciones con astucia, tratando de presentarlas como normales y sin malicia. Sin embargo, el Padre Pío pronto se dio cuenta de que no estaba ante un ser humano común, sino ante una manifestación del diablo. Ante esto, pronunció una invocación a Jesús y María, tras lo cual la figura desapareció en un destello de fuego, dejando un hedor insoportable.

Otro testimonio, narrado por el fraile Tommaso, quien convivió con el Padre Pío, relata un episodio similar. En esta ocasión, el fraile estaba en la sacristía cuando un hombre, que se encontraba confesando, comenzó a experimentar un gran malestar. En medio de la absolución, el penitente se retorció, indicando que sentía que su alma se apagaba. Repentinamente, el hombre huyó del lugar y el Padre Pío, desconcertado, fue tras él, pero no pudo encontrarlo. Según Tommaso, podría haberse tratado de una nueva aparición del diablo, esta vez en forma humana.

A partir del 1 de junio de 2013, el cuerpo del santo Padre Pío de Pietrelcina, es exhibido en forma permanente en Italia.
A partir del 1 de junio de 2013, el cuerpo del santo Padre Pío de Pietrelcina, es exhibido en forma permanente en Italia.

El fundador de la casa de alivio

A lo largo de su vida, el Padre Pío no solo fue conocido por estos encuentros con el mal, sino también por su entrega al servicio de los demás. En 1956, fundó la “Casa Alivio del Sufrimiento”, un hospital destinado a brindar atención médica a personas necesitadas, al que describía como la “pupila de sus ojos”. Este centro de salud, inaugurado en San Giovanni Rotondo, fue una obra que consideró resultado de la providencia divina y un testimonio de su compromiso con los más vulnerables.

Otra faceta relevante de su vida fue su relación con el joven sacerdote polaco Karol Wojtyla, quien más tarde se convertiría en el Papa Juan Pablo II. En 1948, el futuro Pontífice acudió al Padre Pío para confesarse. Décadas después, en la ceremonia de beatificación del fraile, Juan Pablo II destacó la imagen de Cristo sufriente que se reflejaba en la figura del Padre Pío, marcada por los estigmas, heridas similares a las de la crucifixión de Jesús. Según el Papa, estos signos simbolizaban la íntima conexión entre el sufrimiento y la resurrección, un tema central en la vida espiritual del fraile.

El sufrimiento fue un aspecto constante en la vida del Padre Pío. Según sus propias palabras, este dolor lo acercaba a la figura de Jesús en su pasión. Consideraba el sufrimiento no como una carga, sino como un don que le permitía compartir el sacrificio de Cristo. Este enfoque lo llevó a soportar múltiples pruebas, tanto físicas como espirituales, que veía como oportunidades para acercarse más a Dios y a su misión en la tierra.

El Santo de Juan Pablo II

El Padre Pío murió el 23 de septiembre de 1968, a los 81 años. Su canonización tuvo lugar el 16 de junio de 2002, cuando el Papa Juan Pablo II lo proclamó santo. Durante la homilía de canonización, el Pontífice destacó que la vida del Padre Pío era un testimonio de cómo las dificultades y los sufrimientos, si se aceptan por amor, pueden convertirse en un camino hacia la santidad. Según el Papa, el legado del fraile capuchino muestra que, a través del sacrificio y la entrega, es posible alcanzar un bien mayor, un propósito que solo Dios conoce.

El Padre Pío sigue siendo una figura de gran devoción en todo el mundo, no solo por los hechos extraordinarios que marcaron su vida, sino también por su profunda espiritualidad y su compromiso con el prójimo. A lo largo de su vida, enfrentó retos tanto físicos como espirituales, pero siempre encontró en la oración y en su fe las herramientas necesarias para superarlos. En la innumerable cantidad de personas que, lo ven como un ejemplo de entrega y servicio a los demás.

Los restos de Padre Pío, fueron expuestos en la Basílica de San Pedro con motivo del Jubileo de la Misericordia en febrero de 2016. El cuerpo del monje capuchinos, que murió en 1968, fue exhibido por primera vez entre 2008 y 2009 en la cripta del santuario de Santa Maria delle Grazie, en Pullas, suscitando devoción entre miles de italianos.

Vitral del Camarín de la Virgen de María Auxiliadora de Rodeo del Medio en Maipú, realizado por el artista español Antonio Estruch

Foto: Orlando Pelichotti
Vitral del Camarín de la Virgen de María Auxiliadora de Rodeo del Medio en Maipú, realizado por el artista español Antonio Estruch Foto: Orlando Pelichotti

El Santo Rosario

Durante toda su vida el Padre Pío fue Apóstol del Rosario. Amaba inmensamente esta práctica devocional, que recitaba varias veces al día, y siempre llevaba consigo un Santo Rosario, envuelto alrededor de su mano o del brazo. Incluso en su muerte sostuvo el Rosario en su mano. Como todos sabemos, el Rosario es la oración devocional y contemplativa más difundida y recitada por los cristianos, especialmente por la posibilidad que se le atribuye de recibir indulgencias y gracias por la intercesión de Nuestra Señora.

Hoy lunes, en el Santo Rosario se rezan los misterios gozosos, que tratan desde la Anunciación hasta la pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el Templo.

  • La Anunciación del Angel a María.
  • La visita de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
  • El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.
  • La Presentación de Jesús en el Templo.
  • El Niño perdido y hallado en el Templo.

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