La modelo Tatjana Patitz falleció este miércoles en Santa Bárbara, California, a los 56 años. Dueña de una cara icónica y un porte de ensueño, la mujer había formado parte del grupo de élite de súper modelos cuyas caras fueron tapa de importantes revistas de la década de 1980 y 1990.
SU CARRERA
Patitz nació en Hamburgo en 1966, de madre estonia y padre alemán. Su familia se mudó a Suecia. A los 17 años participó en un concurso de belleza y quedó en tercer lugar. El modelaje iba a tardar en llegar.
En 1988 la descubrió el fotógrafo de moda Peter Lindbergh la descubrió y desde entonces su carrera no paró.
En 1990 apareció en la versión británica de la revista Vogue junto a Cindy Crawford, Naomi Campbell, Linda Evangelista y Christy Turlington. Esta tapa la metió en el selecto grupo de las cinco supermodelos consideradas las “originales” en la década de los 90.
PATITZ, LA ANTI MODELO QUE SIGUIÓ SUS PRINCIPIOS
Algo que diferenció a Patitz del resto fue que ella decidió no seguir las decisiones del resto de las modelos y no se radicó ni en Nueva York ni en París, los grandes íconos de la moda y la belleza. Fiel a su estilo, eligió vivir en la costa oeste de los Estados Unidos, junto a la naturaleza y sus animales.
“Nunca vendí mi alma”,declaró años atrás en una entrevista, en línea con las palabras que tuvo con Vogue en 1988, cuando dijo que “la gente siempre decía que yo era especial, que no me parecía a nadie, y que iba a triunfar por eso”.
Patitz se mostró siempre distinta a ese mundo que la vio brillar. La mujer criticaba los estándares de moda y belleza planteados en los tiempos que corren. En 2006 sentenció, en una entrevista, que la época dorada de las supermodelos había terminado.
“Hubo una época real y la razón por la que terminó fue porque se puso glamour en ello. Ahora las celebridades y las actrices se han apropiado y las modelos han quedado relegadas completamente”, citó la revista Prestige Hong Kong.
En ese sentido, agregó que “las mujeres eran saludables, no esas pequeñas modelos esqueléticas de las que ya nadie sabe su nombre”.