El mate es una de las bebidas más representativas de la cultura argentina y de varios países sudamericanos. Consumido diariamente por millones de personas, esta infusión tiene múltiples beneficios para la salud, como su aporte de antioxidantes y su capacidad para estimular el sistema nervioso.
Sin embargo, cuando se trata de los dientes, el mate también puede tener efectos que vale la pena conocer y prevenir.
Una de las consecuencias más visibles del consumo frecuente de mate es la aparición de manchas en los dientes. Esto sucede porque la yerba mate contiene taninos, compuestos que, si bien tienen propiedades antioxidantes, también tienden a adherirse al esmalte dental. Con el tiempo, el esmalte se puede teñir de un tono amarillento o marrón, similar a lo que ocurre con otras bebidas como el café o el té negro.
Estas manchas son superficiales en su mayoría, pero pueden volverse más difíciles de remover si no se lleva una adecuada higiene bucal. Los dentistas recomiendan cepillarse los dientes después de tomar mate, o al menos enjuagarse la boca con agua, para reducir la acumulación de taninos.
El desgaste en los dientes
Otro de los efectos que el mate puede tener en los dientes es el desgaste del esmalte dental. Al beber mate, especialmente si se lo consume a temperaturas muy altas, se puede dañar la superficie del esmalte, debilitándola con el tiempo.
Este desgaste aumenta el riesgo de caries y puede causar sensibilidad dental, ya que los dientes quedan más expuestos a factores externos.
Aunque no es un efecto directo sobre los dientes, el mate puede causar una ligera sequedad en la boca, debido a sus propiedades diuréticas. Una boca seca puede facilitar el crecimiento de bacterias que provocan mal aliento y problemas dentales, ya que la saliva juega un papel crucial en la limpieza natural de la boca.