El Viernes Santo, un día reverenciado por millones en todo el mundo, conmemora uno de los eventos más trascendentales en la historia cristiana: la crucifixión de Jesucristo.
Pero, ¿qué sucedió realmente en aquel día hace más de dos mil años? La respuesta a esta pregunta se encuentra en una intersección fascinante entre la fe religiosa y los registros históricos, donde la verdad se teje en una intrincada tela de creencia y evidencia.
Según las narrativas religiosas, el Viernes Santo marca el día en que Jesús de Nazaret fue arrestado, juzgado y crucificado en Jerusalén.
Para los cristianos, este evento representa el sacrificio supremo de Jesucristo por la redención de la humanidad, un acto de amor y redención que forma el núcleo de la fe cristiana.
Las Sagradas Escrituras, particularmente los Evangelios del Nuevo Testamento, proporcionan relatos detallados de estos eventos, desde la traición de Judas Iscariote hasta la agonía de Jesús en la cruz.
Según la narrativa bíblica, Jesús fue traicionado por uno de sus discípulos, Judas Iscariote, y posteriormente arrestado por las autoridades judías.
Fue sometido a juicios ante el Sanedrín y el gobernador romano Poncio Pilato, quienes finalmente lo condenaron a muerte por blasfemia y sedición.
Después de ser flagelado y coronado con espinas, Jesús fue llevado al Gólgota, donde fue crucificado junto a dos criminales.
Según el relato, Jesús murió en la cruz y su cuerpo fue colocado en un sepulcro antes de su resurrección tres días después, en el Domingo de Pascua.
Viernes Santo: cuál es el registro histórico de Jesús de Nazaret
Sin embargo, más allá de la narrativa religiosa, los historiadores han buscado corroborar estos eventos a través de fuentes históricas y evidencia arqueológica.
Si bien la crucifixión era una forma de castigo común en la antigua Judea, los registros históricos que documentan específicamente la ejecución de Jesús son escasos.
Se cree que los Evangelios, escritos varias décadas después de los eventos que describen, son las fuentes más antiguas y detalladas disponibles.
Entre los historiadores, existe un consenso general sobre la existencia histórica de Jesús de Nazaret y su crucifixión bajo el gobierno de Poncio Pilato.
Las referencias a Jesús y los eventos relacionados con su vida y muerte se encuentran no solo en el Nuevo Testamento, sino también en obras de historiadores judíos y romanos de la época, como Flavio Josefo y Tácito.
Estas fuentes, aunque no detallan los eventos del Viernes Santo en sí, corroboran la presencia de Jesús en la Judea del siglo I y su ejecución bajo la autoridad romana.
Además de las fuentes escritas, la arqueología ha arrojado luz sobre la vida en la Judea del primer siglo y las prácticas de crucifixión en ese período.
Descubrimientos como el osario de Caifás, el sumo sacerdote judío mencionado en los Evangelios, y los restos de un hombre crucificado en Jerusalén han proporcionado evidencia tangible de la historicidad de algunos personajes y eventos relacionados con el Viernes Santo.